viernes, 30 de septiembre de 2011

La Fundación Japón y el Círculo de Bellas Artes de Madrid presentan un ciclo de cine dedicado al realizador Satsuo Yamamoto (1910-1983)

El Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes acoge la primera retrospectiva dedicada en España al realizador japonés Satsuo Yamamoto. La iniciativa de Fundación Japón, Madrid y el Círculo de Bellas Artes ofrece a los espectadores un primer acercamiento a una de las figuras clave del Nuevo Cine Japonés y uno de los realizadores que por los azares de la distribución comercial sigue siendo profundamente desconocido en Europa.

Satsuo Yamamoto (1910-1983) es considerado y conocido por los críticos gracias a su trabajo en el cine social y político, pero también por la diversidad de estilo de sus muchas obras maestras. Entre sus trabajos más recordados figuran las adaptaciones a la pantalla de obras literarias de prestigiosos autores como Tatsuzo Ishikawa o Toyoko Yamazaki, mediante las que Yamamoto, figura señera de la izquierda y activo miembro del Partido Comunista Japonés, analiza los principales problemas de la sociedad de su tiempo. Películas como The Tycoon o Solar Eclipse reflejan el posicionamiento ideológico de Yamamoto, muy crítico con la corrupción política y las consecuencias del capitalismo más virulento. Pero la filmografía de Yamamoto no se limita a este género. A lo largo de su carrera combinó  estos trabajos con otros de carácter más lúdico, como los melodramas, el cine fantástico o las películas de samurais (chambara). Trabajos que en ningún caso entraban en conflicto con su postura ideológica, sino que quedaban  impregnados de ésta al pasar por el filtro del realizador. Yamamoto supo siempre combinar estos dos aspectos, aunando sin ninguna dificultad el espectáculo cinematográfico con el compromiso social de su tiempo.

El ciclo presenta al público español la figura de este maestro del cine japonés, pionero del cine independiente en su país, a través de una selección de ocho de sus más prestigiosos trabajos enmarcados entre la década de los  cincuenta y la de los setenta. En su obra se combinan películas sobre los abusos del poder político con historias de fantasmas japoneses, personajes que afrontan profundos dilemas éticos con habilidosos ninja, en una de las filmografías más desprejuiciadas y sólidas de la historia del cine japonés.

Una vez finalizado el ciclo en Madrid, viajará hasta Zaragoza (Filmoteca de Zaragoza – Del 26 de octubre al 11 de noviembre.

CALENDARIO DE PROYECCIONES (Madrid)

Viernes 14 octubre
The Tycoon 17:00 / A Band of Assassins 20:00 /
Return of the Band of Assasins 22:15

Sábado 15 octubre
Solar Eclipse 16:30 / The Tycoon 19:30 /
The Bride from Hades 22:30

Domingo 16 octubre
The Ivory Tower 16:30 / The Cart Song 19:30 / Solar Eclipse 22:15

Jueves 20 octubre
The Bride from Hades 17:00 / The Ivory Tower 19:00 / The Cart Song 22:00

Viernes 21 octubre
Street of Violence: The Pen Never Lies 17:00 / Solar Eclipse 19:15 /
The Tycoon 22:15

Sábado 22 octubre
The Bride from Hades 17:00 / A Band of Assasins 19:30 /
Return of the Band of Assassins 22:00

Domingo 23 octubre
A Band of Assassins 17:00 / Return of the Band of Assassins 19:30 /
Street of Violence: The Pen Never Lies 22:00

Para más información acerca del ciclo: Madrid y Zaragoza

Nosolocine: El K-Pop desembarca en Barcelona de la mano del grupo JYJ

El grupo de K-Pop JYJ aterriza en nuestro país para presentar su último álbum "In Heaven". La banda ha escogido la ciudad de Barcelona, referente cultural europeo, para realizar su primer concierto en España, iniciando así su tour por el continente. La actuación tendrá lugar en el emblemático entorno del Poble Espanyol, el próximo sábado 29 de octubre a las 21:00 horas.

JYJ inicia en Barcelona su conquista del mercado europeo después de arrasar en las listas de ventas asiáticas respondiendo a la creciente demanda de las fans. España es uno de los países europeos con mayor número de "Cassiopeas", nombre que reciben las seguidoras de JYJ/TVXQ.

Los tres miembros de JYJ iniciaron su carrera formando parte de la banda TVXQ. Tras abandonar la formación, con la que se convirtieron en los artistas coreanos más jóvenes en superar el medio millón de discos vendidos, ficharon por la discográfica Warner Music Asia con la que editaron "The Beggining". El disco, editado en inglés, cosechó un éxito atronador abriéndoles las puertas del mercado americano. La banda consiguió un notable reconocimiento internacional gracias a su colaboración con Kayne West en el tema principal del álbum, "Ayyy Girl". Su nuevo disco, "In Heaven", que saldrá a la venta el próximo 23 de septiembre, ya cuenta con varias ediciones agotadas.

La visita de JYJ a nuestro país ha sido posible gracias a la productora Open Music, en colaboración con Asian Club, asociación que reúne a los fans de música asiática en España.

Página Facebook: JYJ

jueves, 29 de septiembre de 2011

A Chinese Fairy Tale (Hong Kong, 2011)

Director: Wilson Yip.
Con: Louis Koo, Yifei Liu, Shao Qun-Yu,
Kara Hui.
País: China, Hong Kong.
Año: 2011
Género: Fantasía, artes marciales, romance.
Duración: 101 minutos.

Antes de nada, para los pocos que no lo sepan, hay que decir que se trata de un remake de la magnífica Una Historia China de Fantasmas, del maestro Ching Siu-Tung. Si ya existe cierto reparo cuando nos enfrentamos a cualquier remake, os podéis imaginar lo que significa echar mano de un clásico de este calibre, incluso viniendo avalado por Wilson Yip, director de Ip Man 1 y 2, entre muchas otras películas de prácticamente todos los géneros.

Supongo que muchos de vosotros, tal como me ocurrió a mí hace ya muchos años, quedasteis fascinados por la mezcolanza de géneros que aglutinaba la original (artes marciales, wuxia, fantasía, comedia, romance…), y os abrió las puertas del cine oriental. Pues ese cariño que le tengo a la versión de 1987 es el primer muro con el que se tiene que topar el remake, pero claro, uno quiere ser justo con la película y me tuve que plantear una cosa: “ya no soy un niño de diez años, quizás esta película no va dirigida a mí, sino a intentar acercar ese género a los niños de hoy en día. Y los niños que son niños ahora, no se van a escandalizar porqué los efectos especiales estén creados por ordenador”. Esta reflexión me ha hecho ser más objetivo y debo reconocer que el remake funciona, y si funciona para mí, seguramente funcione mucho más con los niños actuales. Con todo esto no quiero decir que el film se base en los efectos especiales CGI y que tenga poco más que ofrecer, es sólo un apunte con el que más de uno de vosotros puede sentirse identificado. Pero afortunadamente, el remake tiene respeto por el original y también cuenta con aciertos propios.

La China rural, la dirección artística, la fotografía y el casting intentan emular a su película madre, e incluso la dirección toma algo prestado de esa agilidad característica de Ching Siu- Tung. Eso sí, en las coreografías de artes marciales pocos pueden equipararse al maestro, cosa que junto con la artesanía de los efectos de antaño y su romanticismo, hacen que pensemos durante algunas secuencias: “¡Cómo me gusta Una Historia China de Fantasmas (1, 2 y 3)!”, o incluso “¡Cómo me gusta La Novia del Cabello Blanco (1 y 2), de Ronnie Yu!” 

Así que sin desmerecer la versión actual y reconociéndole ciertos méritos, tengo que decir que esta A Chinese Fairy Tale no será la que os haga olvidar la original, pero ya es mucha virtud hoy en día que al menos consiga recordárosla. Y ojalá que cause en los chavales el mismo impacto que consiguió en nosotros la de finales de los ochenta.

Lo mejor: El respeto en las formas y en el fondo a la original.
Lo peor: No poder sacarme de la cabeza la original.   

Por nuestro colaborador Óscar Sueiro

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Nosolocine: B. S. O. Arrietty y el Mundo de los Diminutos (2010)

Seguro que muchos se esperaban que la música de la última de Ghibli (bueno, ahora en realidad ya la penúltima) viniera firmada por Joe Hisaishi. Lo cierto es que parece que Hisaishi sólo compone cuando es el propio Miyazaki el que rueda, ya que el resto de producciones han sido compuestas siempre por otros autores. En este caso, y puede parecer sorprendente, la banda sonora no está realizada por un compositor japonés, sino en realidad por Cécile Corbel, cantante francesa, nacida en Bretaña, de estilo más bien celta y new age.

Como seguro que todos sabéis, fue la propia Cécile Corbel la que se ofreció a Ghibli para componer la música de su próxima película. Envió al estudio un CD, comentando que las canciones estaban inspiradas en las películas del estudio y que nada le gustaría más que componer para ellos. Toshio Suzuki y Hayao Miyazaki aceptaron la propuesta y fue contratada para componer la música de Arrietty. Está claro que Cécile Corbel se entregó entusiasmada al proyecto ya que se animó a interpretar las canciones en mismísimo japonés y luego también en las versiones a inglés y a francés.

Pasando a comentar el disco debo decir que he echado bastante en falta la labor de un compositor como Hisaishi detrás de las imágenes de la película. Cécile Corbel compone unas canciones y una música muy agradables, bonitas, de estilo celta (tal vez demasiado para lo que pide la historia), se nota su habilidad en este estilo de música; pero también se nota que no es compositora de cine. Me explico, Corbel, debido a su falta de experiencia no realiza una música que se ajuste al milímetro a lo que pasa a cada instante en la pantalla, que realce momentos o situaciones. Simplemente, realiza una música que funcione de acompañamiento de fondo, con un comienzo, con un estribillo, como si fuera uno de los temas de su disco, empleado de fondo sonoro. Así sucede en varios momentos que la música en la película parece que suena ‘a su bola’, a su aire, al margen de lo que está sucediendo y más que reforzar la escena, estorba. Hisaishi o cualquier otro compositor sí que hubiera compuesto una música más adecuada, ajustada como un guante a cada suceso de la escena y que hubiera subrayado cada instante en la pantalla.

Pese a todo, no por ello es un disco desdeñable y tampoco quiero decir que se trate de una mala banda sonora. Cécile Corbel ofrece un disco, como he comentado antes, muy ameno y variado, y que, sin duda, hará las delicias de los aficionados a la música celta. Muestra de esta variedad son las canciones dedicadas a cada uno de los personajes principales (acompañadas por sus correspondientes versiones instrumentales) como la canción de Arriety, el lamento y la canción de Sho; un tema para Spiller… También tenemos The Neglected Garden, canción con la que da comienzo la película; Our House Below que parece dedicada a los diminutos y su singular forma de vida; Goodbye my Friend, melancólica canción, destinada al final de la historia; o así también del mismo modo I Will Never Forget You… Realmente hay un cierto aire nostálgico, melancólico que diría domina el tono musical de todo el disco.

Por lo tanto, para finalizar, podemos concluir que aunque Arrietty y el Mundo de los Diminutos no ha contado con un compositor experimentado que le proporcionara el acompañamiento musical perfecto y más ajustado; sí que ha tenido una estupenda música de tipo celta, agradable y variada, realzada también sin duda, y que no se nos olvide comentarlo, por la estupenda voz de la cantante bretona.

Puntuación: 6/10

Por nuestro colaborador Felipe Múgica

martes, 27 de septiembre de 2011

Box Office China (del 23 al 25 de Septiembre 2011): Las cien de Jackie Chan

Este mes de Septiembre, que ya va tocando a su fin, está siendo pródigo en lo que se refiere a grandes estrenos que alumbran las carteleras de la China Continental. Este último fin de semana la película que se llevó el gato al agua y copó la taquilla china fue The Mural, el esperado nuevo trabajo de Gordon Chan, a quien recordamos como director, entre otras, de las muy entretenidas El Poder del Talismán (The Medallion, 2003), Operación Trueno (Pik Lik Feng, 1995) o Kung Fu Master (2005). En este film de aventuras épicas se puede disfrutar de una tierra mística habitada por hadas, basada en un cuento de una obra literaria china titulada Strange Stories in a Lonely Studio. La historia se centra en el trayecto de un joven que viaja a un mundo mágico dentro de un mural donde se enamorará de un hada; pero en este universo cada cuento tiene diferentes poderes. Algunos críticos han catalogado al film como un proyecto lleno de referencias a antiguas películas del mismo género así como también han destacado sus impresionantes efectos visuales. En el reparto destaca la presencia de Deng Chao (Ciudad de Vida y Muerte, 2009), Sun Li (Fearless, 2006) y Yan Ni (Una Mujer, una Pistola y una Tienda de Fideos Chinos, 2010).

Otro estreno de relumbrón ha sido el de China 1911 (Xin Hai Ge Ming, 2011), la última producción de Jackie Chan que aquí, a parte de invertir una buena suma monetaria, ejerce a su vez de director (formando duo junto a Li Zhang) y, como no, es el actor principal. China 1911 es un drama histórico ambientado en la revolución de Xinhai, cuando las fuerzas de Sun Yat-Sen derrocaron a la Dinastía Ming en 1912 y por la cual se estableció la República China. Se trata de la película número cien en la filmografía de Jackie Chan, número redondo que nos permite llevar a cabo un pequeño ejercicio nostálgico y darnos cuenta de que hemos crecido al lado de las acrobacias imposibles de este señor actor. Junto a Chan en el reparto podemos ver circular a un buen número de estrellas, como pueden ser Li BingBing  (con quien ya trabajó en El Reino Prohibido), Winston Chao, Joan Chen e incluso en un pequeño papel su propio hijo, Jaycee Chan.

A parte de dos estrenos de nacionalidad norteamericana que también han conquistado su porción de público, Capitán America y Sanctum, y de otro estreno coreano, la muy recomendable The Man from Nowhere (Lee Jeong-beom, 2010), otros dos títulos autóctonos pueden ser disfrutados estos días en las carteleras chinas: el film musical May Day 3DNA, que mezcla de manera harto original la gira que este conocido grupo musical llevó a cabo en Taiwán, China, Hong Kong y Singapur entretejida con tres historias de ficción: la de un padre y una hija que tiene lugar en Guanghzou; otra sobre un taxista taiwanés y los variopintos personajes que suben a su taxi, y una tercera sobre un repartidor de Shanghai. Todas las tramas se resolverán durante un macro concierto de la banda en la misma Shanghai. Mayday se fundó en Taiwán en 1990 y con sus pegadizas letras en mandarín ha sido uno de los grupos que ha impulsado de modo más ferviente la música rock en China. Por otro lado, I Phone You, es una coproducción entre China y Alemania que mezcla drama y comedia a partes iguales. El film, dirigido por Dan Tang (Dream Team, 2008), ha sido escrito por el prestigioso guionista germano Wolfgang Kohlhaase, autor de  los libretos de Verano en Berlín o El Silencio tras el Disparo.

Por nuestro colaborador Francisco Nieto

lunes, 26 de septiembre de 2011

Y los DVD de Thirst son para...

Ganadora del Premio del Jurado en el Festival de Cannes 2009 donde fue recibida con gran éxito de crítica y público, y en España en el Festival de Sitges 2009 donde la protagonista Kim Ok-bin se alzó con el premio a la Mejor Actriz, Thirst cuenta la historia de Sang-hyun (Kang-Ho), un sacerdote católico que dedica su tiempo ayudando a los enfermos de un hospital. Recto y bondadoso, decide viajar a África y ofrecer su cuerpo a la ciencia para que se investigue en él una nueva vacuna. Desgraciadamente los efectos secundarios que le produce la vacuna son inmediatos e inesperados: el buen cura se convierte en un sediento vampiro. Tras la transformación empieza a sentir unos deseos que nunca había conocido hasta entonces: egoísmo, violencia y sexo, a través de la terrible atracción que siente por la esposa de su mejor amigo. Junto a ella pronto empezará a descubrir los placeres de la carne y de la sangre.Es hora de desvelar el nombre de los ganadores:

Hoy es el gran día, lunes 26 de Septiembre, elegido para comunicaros el resultado del concurso que hemos realizado en Cineasia online. Desde aquí queremos agradecer una vez más a la distribuidora su apuesta por el cine asiático de calidad, y a todos los aficionados que habçeis participado en este concurso.


Ediciones sencillas:
Luisa Ramírez Pérez
Daniel Vázquez Mir
Jesús Caparrós
Marta Pérez
Luis Albéniz Prado

La frase de la semana: Park Chan-wook

Empezamos la semana con una frase del realizador coreano Park Chan-wook. Sitges está a la vuelta de la esquina, y por otra parte en nuestro país se acaba de editar en DVD su último largometraje, Thirst, la aproximación del director al mito vampírico, que tuvo su premiere en España en Sitges. ¿Qué opina el director coreano acerca de la comercialidad o de la autoría de los films...?

“¿No es posible que un director pueda filmar Batman, pero también a la vez una película como Ed Wood? O por ejemplo, ¿es difícil creer que un realizador pueda concebir un film como Entrevista con un Vampiro, para después crear otro como Juego de Lágrimas? No creo que sea adecuado catalogarme como un autor. Hago las películas que quiero”.

Son muchos los que asocian el nombre de Park Chan-wook con el de OldBoy (séptimo de sus films realizado en el año 2003 y por el que recibiera un merecido reconocimiento internacional). Digamos que la crítica es así, desenfunda su lupa analítica en un lapso temporal determinado, como queriéndose adelantar al resto de aficionados al cine en general. Aunque poco de esto imaginaría Chan-wook mientras asistía a las sesiones de cine fórum durante su época de estudiante en la Universidad. Ni siquiera repararía en la crítica, el día en el que un grupo de empresarios coreanos le confiaron su primer proyecto, Moon Is the Sun’s Dream (1992). Y desde luego, ni en la crítica ni en los propios empresarios debió pensar, cuando lo que tenía que haberse convertido en una comedia al estilo de Por Favor Maten a mi Mujer (1986) se transformó en un festín donde incorporar todos aquellos elementos narrativos que había descubierto en una sala de cine. Resultado: un fracaso comercial en toda regla.

Comercialidad y cine de autor encabeza el título de la frase semanal, y léase de esta manera y no, comercialidad o cine de autor, porque Chan-wook se encuentra en una línea que discurre paralela a ambos conceptos, bebiendo de cada uno de ellos según sus necesidades como autor, o artesano, o reciclador, o innovador. Park, al igual que sus personajes (Oh Dae-su en OldBoy, Geum-ja en Lady Vengeance, el sargento surcoreano Lee Soo-hyeok en JSA o Chandra en Nepal) es consciente de que la esperanza no es más que el intento por conseguir aquello que uno pretende… Llegando o no a conseguirlo… Siendo considerado por los demás un director de éxito, o un autor. O ambos. O ninguno de ellos.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Think Asia, Think Hong Kong

No es ningún secreto que la economía mundial está cada vez más interesada por los mercados dinámicos de Asia, y particularmente por el de China. La relación especial como eje que mantiene Hong Kong con el Reino Unido y la China Continental, la convierte en la mejor plataforma para las empresas británicas que buscan aprovechar las nuevas oportunidades de negocios en la región. Para ayudarles en la realización de esos propósitos, el Hong Kong Trade Development Council organiza anualmente en Londres el Festival Think Asia, Think Hong Kong, que este año se celebrará durante todo el mes de Septiembre. Dentro de las diferentes actividades programadas destaca la celebración de la Hong Kong Film Week, que este año se ha puesto las pilas y tiene prevista una programación de muy alto nivel.

El film que inaugurará la semana el próximo 12 de Septiembre será Overheard 2, en la que es su Premiere Internacional. El film es el último trabajo de los directores Alan Mak y Felix Chong (The Last Bladesman, 2011) y está protagonizado por Louis Koo (Triple Tap, 2009) y Michelle Ye (Bruce Lee, my Brother, 2010). Otras películas que se proyectarán en el transcurso del certamen serán Ip Man, (2008), clásico instantáneo de las artes marciales dirigido por Wilson Yip e interpretado por Donnie Yen; Echoes of the Rainbow (2010), aclamado y multipremiado drama dirigido por Alex Law (Painted Faces, 1988) y protagonizado por Simon Yam (Black Ransom, 2010); Love in a Puff (2010), comedia sobre fumadores activos y pasivos con Shawn Yue (Reign of Assassins, 2010) y Miriam Yeung (The Sorcerer and the White Snake, 2011) en roles principales, y por último, Beast Stalker (2008), un thriller de referencia que lleva la marca del siempre recomendable Dante Lam (Fire of Conscience, 2010).

Por nuestro colaborador Francisco Nieto

jueves, 22 de septiembre de 2011

Nosolocine: Paseo por la amistad y la muerte. “Renacimiento” de Kenzaburo Oé

El 20 de Diciembre de 1997, el director de cine japonés Juzo Itami fue encontrado en la acera al pie del edificio en que vivía, con graves heridas producto de una caída desde su apartamento. Poco después, fallecía en el hospital. Había dejado tras de sí una nota de suicidio, donde aclaraba que, al contrario de lo que había afirmado la prensa del corazón nipona poco antes, en concreto el periódico sensacionalista “Flash”, no había cometido adulterio alguno, ni el supuesto affaire con una mujer joven tenía nada que ver en su firme decisión de quitarse la vida. Itami, que tenía 64 años, había comenzado a dirigir tardíamente, al cumplir los 50, pero con diez títulos a sus espaldas, entre ellos el popular y bien conocido en Occidente Tampopo (1985), era considerado uno de los mejores realizadores del país. Especializado en comedias y sátiras de costumbres, su filmografía había pasado revista con sana ironía y feroz sentido crítico a lugares comunes de la sociedad japonesa como la salud pública, el suicidio, la obsesión por la comida, y, en Minbo no Onna (1992), a la yakuza, ridiculizada como una banda de matones y extorsionistas, mezquinos y miserables. Este retrato sin concesiones de la famosa “sociedad de ayuda mutua” nipona, le costó un ataque por parte de varios miembros de la yakuza, que le golpearon y acuchillaron en la cara, mandándole por un buen tiempo al hospital. Allí, Itami aprovecharía su experiencia para concebir su siguiente película, Daibyonin (1993), en la que retrata satíricamente el sistema sanitario nipón, a través de la peripecia personal de un director de cine, enfermo terminal, que considera también la idea del suicidio, como en una premonición del trágico destino de su propio director.
            La violenta muerte de Itami despertó y sigue despertando numerosos recelos por parte de periodistas, investigadores, amigos y familiares del realizador, que han visto o querido ver, de una u otra forma, la siniestra mano de la yakuza tras ella. En cualquier caso, a quien golpeó rotundamente el fallecimiento del director, de forma especialmente dolorosa, fue a su cuñado, Kenzaburo Oé.
            Oé es, sin duda, uno de los escritores japoneses más relevantes y famosos del siglo pasado, y todavía de este. Galardonado con el Premio Nobel, su figura y su obra no han estado exentas de polémica en su país, ya que Oé, atento lector y conocedor de la literatura occidental, especialmente de la francesa y anglosajona, no ha dejado de manifestar a menudo su oposición a la derecha tradicionalista nipona, así como sus posturas y opiniones pacifistas y liberales. Por otro lado, su obra está llena de referencias a la sociedad de su país a lo largo de la historia reciente, rompiendo a menudo tabúes referentes al sexo, la política o la religión, que le han valido diferentes acusaciones por ciertos sectores de la sociedad japonesa.
Quizá una de sus novelas más personales, profundas y complejas en sus implicaciones, no sea sino, precisamente, Renacimiento (Torikaeko), publicada en el año 2000, y que ahora se edita en nuestro país dentro de la prestigiosa colección Austral. Esta es la novela que Oé consagrara a intentar comprender y, quizá, superar, el impacto causado por la dramática muerte voluntaria -al menos en apariencia- de su cuñado y amigo Juzo Itami.
            Confieso que, aparte de algunas páginas y artículos sueltos, nunca antes había leído a Oé. Ha sido, sin duda, mi vocación cinéfaga la que me ha llevado a iniciarme en su mundo, a través de una de sus novelas más recientes y tardías. Sin embargo, no será la única. Es cierto que en ella, “ocultos” bajos los nombres de Goro y Kogito, se retrata en forma de roman a cléf la amistad entre Itami (Goro) y Oé (Kogito). Por lo tanto, el mundo del cine, e incluso ciertas referencias y alusiones al de la yakuza, forman parte de la misma. Hay, desde luego, suficientes elementos cinematográficos, por así decir, como para que el aficionado al cine nipón y conocedor de la obra de Itami se sienta más que satisfecho por su lectura… Pero la verdadera sorpresa de Renacimiento, como no podía ser de otra manera, es que no se trata, ni mucho menos, de un best-seller sobre el mundo de la producción cinematográfica japonesa, la prensa sensacionalista, la yakuza y los escándalos sexuales, políticos y criminales que lo rodean. Sin duda, habría ahí buen material para un Harold Robbins nipón, pero Oé… es otra cosa. De hecho, Renacimiento es, en cierto modo, una especie de historia de fantasmas modernos o post-modernos, cuyo comienzo sería digno de algún J-Horror al uso: el escritor Kogito recibe un paquete con docenas de cintas de cassette que contienen las reflexiones y pensamientos en voz alta que su amigo Goro, recién fallecido, ha dejado para él. A través de un viejo reproductor y unos cascos en forma de insecto –tagame-, Kogito establece un diálogo post-mortem con su cuñado, que llega a convertirse en auténtica obsesión, al punto de apartarle de su familia, incluyendo a su esposa Chikashi, hermana del difunto, y su hijo minusválido Akari –trasunto también de uno de los hijos del propio Oé, que aparece a menudo en sus obras bajo distintos nombres, encarnando un nuevo arquetipo mítico: el hijo-idiota, como lo denomina el propio autor-. Para poner fin a este obsesivo diálogo, que constituye una especie de comunicación con el Más Allá, Kogito decide aceptar un curso en la Universidad de Berlín, donde también seguirá teniendo que afrontar la sombra de Goro, a través de sus contactos con el Festival de Cine, los realizadores alemanes que admiraban a su cuñado, y una extraña mujer que puede ser la madre de la joven amante de Goro, a la que éste dejó atrás.
            Finalmente, Kogito vuelve a su hogar, sabiendo que la única respuesta posible a su obsesión es poner por escrito –él mismo, como Oé, es un famoso novelista- la oscura y ominosa experiencia adolescente que compartió con Goro, en su pueblo natal, cuando fueron parcialmente abducidos por un grupo de extrema derecha tradicionalista, dispuesto a desatar una reacción violenta contra la ocupación americana. A ello le ayudará, sobre todo, una nueva manifestación del espectro de Goro: el story-board y las notas de guión que éste había preparado para llevar ese mismo episodio autobiográfico a la pantalla antes de morir. La novela sigue, durante estas páginas, la estructura propia de un guión cinematográfico, con un poder visual casi palpable, que vuelve a cautivar al lector cinéfilo y cinéfago. Tras desvelar –la novela, no yo, que nadie se asuste- la “verdad” –o “verdades”- de aquella experiencia traumática juvenil, la obra adopta la voz, en sus últimas páginas, de Chikhasi, la tímida esposa del escritor y hermana de Goro, quien, fascinada por los paralelismos entre su propia vida –tanto interior como exterior- y un cuento infantil de Maurice Sendak que le ha regalado su esposo, guía al lector hasta la conclusión del libro, dejándole en un estado de extraña melancolía, parte aceptación de la muerte y el destino, parte celebración del renacimiento, de la reencarnación y la renovación de la vida en un ciclo interminable, idea que recoge con ingenio y precisión la portada de la edición española: una pieza de la empuñadura de una katana, que ilustra a la perfección el concepto del eterno retorno que subyace, al menos en parte, en esta compleja y fascinante obra.
            Ahora, que el lector de estos breves párrafos se olvide de todo lo dicho, porque nada de ello refleja realmente el contenido ni la forma de Renacimiento. Leer esta novela es sumergirse en la historia del Japón moderno y sus contradicciones –tradición/modernidad, occidentalismo/nacionalismo, nobleza/mezquindad, erotismo/puritanismo, misticismo/materialismo…- a través de la prosa de un visionario, más cerca muchas veces de la poesía –el autor más admirado por Oé es el poeta irlandés y místico William Butler Yeats, también Nobel- que de la novela, con una estructura inaprensible, donde lo biográfico y lo ficticio, lo inventado y lo vivido, se entrelazan inextricablemente. Renacimiento es de una riqueza formal y simbólica inabarcable. En sus páginas se dan cita profundas e inquietantes reflexiones sobre la vida y la muerte, la naturaleza de las artes –cine, música, pintura, literatura- y su necesidad intrínseca, las estructuras míticas y arquetípicas de la existencia humana… Todo ello, sin resultar nunca pedante ni cargante, sino profundamente humano y emotivo, a la par que gélidamente reflexivo. A veces, con su carga de homoerotismo juvenil; su crítica, no carente de empatía y sutileza, al nacionalismo y la extrema derecha niponas; su comprensión de las motivaciones humanas para el adulterio, el suicidio, el miedo o la obsesión, el lector se siente brutalmente conmovido desde dentro… Pero sin la violencia de las pasiones desatadas, sino con la calma ecuánime y la visión serena, sosegada, del anciano, más perplejo que sabio, que ve desde la proximidad de su paso al otro lado todo lo que deja atrás y, quizá sin comprenderlo aún, puede al menos mirarlo sin angustia ni pasión. Con ponderación, atisbando tras el velo un fulgor que lo trasciende y nos trasciende a todos: el fulgor del renacimiento eterno de la vida en todas sus formas.
            Puede que Oshima –que ya dirigiera la versión de una obra de Oé, Shiiku- fuera el director apropiado para llevar Renacimiento, novela de cine que es mucho más que eso, a la pantalla. O puede que nadie sea capaz de hacerlo. Pero todo amante de la cultura nipona y, más aún, de la cultura universal, debiera leer Renacimiento, sin dejarse engañar demasiado por las promesas de su contraportada –yakuzas, crimen, sexo, crudeza… ¡paparruchas!-, sino por su naturaleza de verdadera obra de arte. Quizá no sea capaz, claro está, de desvelarnos el misterio final de la existencia humana, pero sí lo es de guiarnos con mano firme en un largo paseo por la amistad y la muerte, al final del cual, nosotros, lectores, ya no seremos los mismos, sino que también habremos, de algún modo, renacido. Y… ¿no es esa la verdadera razón de ser de toda obra de arte?
Jesús Palacios

Lang Lang se interpreta a sí mismo en The Flying Machine

Para quien no conozca a Lang Lang, diremos que estamos ante uno de los músicos chinos más importantes de los últimos años. Lang es un auténtico virtuoso del piano, lo que le ha proporcionado numerosos premios (entre ellos el prestigioso Premio Leonard Bernstein en el Festival de Schleswig-Holstein, como reconocimiento a su distinguido talento musical), y su trabajo también le ha llevado a colaborar con las orquestas más importantes del mundo, e incluso recibió el encargo de componer la música inaugural de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Lo que no conocíamos eran sus pinitos en el mundo del celuloide: además de componer la banda sonora de uno de los episodios de la aclamada serie noruega Frobydelsen (cuyo remake americano titulado The Killing está a punto de estrenarse en un canal privado de nuestro país), se ha confirmado que participará interpretándose a sí mismo en el film animado en 3D The Flying Machine, una producción británica destinada a toda la familia interpretada por Heather Graham (Resacón en Las Vegas, 2009) y los debutantes Jamie Munns y Kizzy Mee. Producida como parte de la celebración del 200 aniversario del nacimiento de Frederic Chopin, The Flying Machine mezcla animación e imagen real, y narra la historia de una madre estresada por culpa de los negocios, que lleva a ver a sus hijos Magic Piano, la película de animación stop-motion que está interpretando en directo Lang Lang al piano. Por culpa de un evento mágico que tiene lugar en la sala los niños son transportados al interior de la propia película, por lo que su madre y el director deben de hacer lo indecible para intentar rescatarlos. Nada menos que tres directores llevan la batuta de la película: Martin Clapp, Geoff Lindsey y Dorota Cobielo, todos ellos debutantes pero muy curtidos en el terreno del cortometraje de animación.


Por nuestro colaborador Francisco Nieto

El Perro Mongol, dentro de la programación de Festival Asia

 Estos días se están desarrollando en Barcelona las actividades de la 10ª edición de Festival Asia.  La programación de esta décima edición pone un acento especial en los países de Asia Central. El domingo 25 se clausura el Festival Asia con «Un día en Asia», una jornada en el corazón de la ciudad, con una programación multidisciplinar protagonizada por las comunidades asiáticas que residen en Catalunya y por formaciones internacionales para descubrir Asia en familia. A las 20 horas, en el Auditorio del MACBA se proyectará la película “El Perro Mongol”. Entrada gratuita hasta completar el aforo.

Seguramente hayáis oído hablar de una película llamada "La Historia del Camello que Llora". De la mano de su directora, Byambasuren Davaa -cuyo proyecto fin de carrera es el que hoy nos atañe-, cambiamos al camello por el perro y nos disponemos a emprender un viaje hasta Mongolia. Una vez allí conoceremos a la familia Batchuluun y su peculiar vida como nómadas.
"Siempre que quiero jugar contigo estás durmiendo. A lo mejor es que has sido un gran holgazán en tu vida anterior..."

Nansal es una pequeña niña de seis años de edad,  hija mayor de una familia de nómadas mongoles. Después de un año fuera dedicado a los estudios vuelve a casa. Un día se encuentra un cachorro blanco y negro mientras recoge estiércol cerca de su casa. Desde el primer momento se encapricha del perrito, a quien llamará Zochor, pero cuando lo lleva a casa su padre tiene miedo de que les traiga mala suerte. Poco antes una manada de lobos salvajes acabó con varias de sus ovejas y teme que el perrito se haya criado con esos lobos y le sigan el rastro, por lo que le pide que se deshaga inmediatamente de él para prevenir. A pesar de las órdenes de su padre, Nansal se queda con el cachorro mientras su padre está de viaje a la ciudad donde ha ido a vender las pieles del rebaño. A su vuelta, verá como ese pequeño cachorro sigue allí, aunque no es tan malo como podía pensar... De hecho, tiene una deuda que saldar con él.

Este sería un pequeño resumen de este maravilloso viaje, tranquilo, sin sobresaltos, donde veremos multitud de paisajes y situaciones habituales en la vida de los nómadas mongoles, a través de la historia de una pequeña niña de seis años y de un pequeño cachorro, que funden tradición y costumbres que permanecen desde hace siglos.
"Todos acabamos muriendo, pero en realidad nadie está muerto..."

Curiosamente su directora divide la película en tres niveles: un nivel superior que llamaríamos "Nivel Espiritual", que nos sitúa en el aspecto más interior de la filosofía de vida mongol a través de la "fábula del perro amarillo" también conocida como "la cueva del perro amarillo". La leyenda cuenta la historia del antiguo vínculo existente entre el hombre y el perro y el significado especial que este vínculo tiene en Mongolia para el eterno ciclo de la reencarnación: el alma deambula de un cuerpo a otro, de una planta a un animal hasta que llega a un perro y posteriormente a un ser humano. En la era actual, muchos mongoles se están alejando de las creencias tradicionales a favor de un estilo de vida mucho más moderno. Como resultado de esto, la relación entre el hombre y el perro está también cambiando.

En este aspecto es muy llamativa la escena en que la abuela, que por apariencia parece tener bastantes años, explica a la niña lo valiosa que es la vida y lo que realmente cuesta: "Coge un puñado de arroz e intenta conseguir agarrar un grano en la punta de una aguja. Así de difícil es reencarnarse en persona, por eso es tan valiosa la vida humana".

Por otro lado nos encontramos el "Nivel Narrativo" que nos cuenta la historia de un niño que encuentra un perro y cuyo padre quiere que se deshaga de él. Y por último tenemos el "Nivel Documental" que nos muestra el cambio de cultura y la vida de los nómadas. Ritos, creencias, costumbres, comida o edificaciones tradicionales (esas "tiendas de campaña" gigantes llamadas yurtas) entre otras cosas. Cosas tan sencillas y normales para ellos como recoger estiércol para utilizarlo a modo de leña, hacer queso de oveja y cortarlo en gruesas lonchas con un hilo o montar y desmontar la que es su casa.

Como buena conocedora del documental, Byambasuren Davaa pasó dos semanas buscando a la familia apropiada para la película hasta que dio con ellos. Una familia compuesta por los padres (Buyandulam D. y Urjindorj) y sus hijos, dos niñas y un niño (Nansalmaa, Nansal y Batbayar). Sí, habéis leído bien. Uno de los aspectos que más me ha llamado la atención es el hecho de que la familia Batchuluun no es una familia ficticia ni creada para la ocasión. Ninguno ha estudiado interpretación ni ha tenido que cambiar su modo de vida, más bien al contrario. La directora sabía del estrecho vínculo que une a los mongoles con la naturaleza, a la cual veneran y rinden culto. Para ella el ser humano es quien debe adaptarse al medio y no al revés como ocurre hoy día, por tanto el equipo tuvo que adaptarse al ritmo y situaciones diarias de la familia para ir captando poco a poco los momentos que veremos reflejados en la película. De hecho, para los niños fue una experiencia única, como si de un juego se tratase, pues en muchos momentos no sabían que les estaban rodando (por ejemplo en el momento de "No se puede jugar con Dios").

Llama la atención una de las escenas de la película, pues en varias ocasiones veréis como un coche 4x4 aparece en escena con unos altavoces anunciando las elecciones al parlamento con una frase continua: "Recuerden, no dejen de votar. Recapaciten sobre su opción política y participen en las próximas elecciones al parlamento". Es un contraste permanente que podemos observar en cosas como el cambio del traje escolar de la pequeña por el traje típico mongol nada más volver a casa, el rugir del motor de una motocicleta en medio de paisajes verdes rodeados de animales y con caballos como medio de transporte o el choque de culturas en casa de la abuela, donde tradición y modernidad parecen encontrar un nexo común.

Esperamos haber conseguido llamar vuestra atención y que os animéis a ver esta magnífica película.

Por nuestro colaborador Salvador Navarro

martes, 20 de septiembre de 2011

Hablamos con Hirokazu Koreeda: documentando de la realidad.

Hoy se presenta en el Festival de cine de San Sebastián, I Wish (Kiseki) en el Festival de cine de San Sebastián. Desde CineAsia hemos querido recuperar la entrevista que mantuvimos con su director, Hirokazu Koreeda, tanto en el Festival de cine de San Sebasitán como en el Festival de Las Palmas, donde presentó el film de samuráis Hana, previo a las que conformarían su ultimo trabajo hasta la fecha: Still Walking y Air Doll.

El cineasta japonés Hirokazu Koreeda viajó a San Sebastián para presentar su película, Hana, con la que participó en la Sección Oficial del festival donostiarra. También estuvo presente en el Festival de Las Palmas de Gran Canaria, donde se le hizo una retrospectiva a su trayectoria profesional. En ambas ocasiones, CineAsia pudo charlar un buen rato con el director nipón y comentar con él algunos aspectos de su última película y de su carrera cinematográfica en general.

CA: Usted ha trabajado el género documental, de hecho se formó en él. Nos podría decir dónde se siente más cómodo trabajando: frente al documental o en la ficción.
HK: No hay un género en el que me encuentre más cómodo. Me gusta moverme tanto en el mundo de la ficción como en el documental y creo que así lo voy a seguir haciendo a lo largo de mi filmografía. De hecho ahora estoy produciendo para la televisión una adaptación de Hana.

CA: El documental impone al director una capacidad de adaptación importante. ¿Utiliza la misma planificación en sus películas de ficción?
HK: Incluso cuando ruedo ficción intento llevar el mismo control que ejerzo cuando ruedo un documental. Lo que busco es adaptar la ficción a la realidad. Y es algo que impongo en el plan de rodaje, tanto en la dirección de los actores como en el rodaje de las secuencias. Sólo en mi última película Hana he realizado un cambio: una escena que transcurría durante el mediodía la rodamos por la noche con luz artificial, pero lo normal es adaptar la ficción a la realidad, y si una escena sucede por la noche, lo normal es que la ruede en esa franja de tiempo.

CA: Tanto en Maborosi como en Distance el mundo interior de los personajes están en armonía con el paisaje. ¿Qué aporta ese paisaje, la composición de los planos exteriores a su cine?
HK: En Maborosi lo que pretendí reflejar son los sentimientos que nacen del corazón de una persona que ha perdido a un ser querido, y para ello utilicé todos y cada uno de los recursos (sonido, paisaje) para ver cómo eran percibidos por esta mujer que ha sufrido una gran pérdida. En Distance, al contrario, pretendí ofrecer una imagen para cada uno de los personajes que integraban el grupo, por tanto utilicé el paisaje para reforzar las diferentes personalidades de cada uno de los componentes del grupo.

CA: ¿Y el silencio? Creo que el sonido es uno de los elementos fundamentales de su cine.
HK: (Después de unos momentos de reflexión, Koreeda empieza por citar a uno de los grandes del cine francés.) El realizador Robert Bresson lo definió muy claramente: “En una película, un silencio, por contraste, puede tener una fuerza enorme”. Gracias a Bresson me interesé y profundicé en el sonido de mis películas, intentando adaptar esta técnica a la hora de plantear mis guiones.

CA: En toda su filmografía la memoria parece ser un tema recurrente. Qué importancia tiene para usted la memoria?
HK: Para mi la memoria es una cosa muy importante. La memoria interna de una persona en concreto no me interesa para nada. La que realmente me interesa es la parte de memoria que compartimos cuando nos relacionamos con alguien. La memoria, pues es un tema fundamental: no lo que cada uno tiene dentro, sino lo que compartimos con otras personas para establecer las relaciones humanas. Uno de los proyectos que barajo para el futuro trata el tema de la memoria.

CA: En sus películas habla del dolor, de las heridas y de cómo superarlas. Pero me parece que el proceso de superación de las mismas se realiza a través del colectivo. Es como si el dolor fuera una experiencia más coral que individual.
HK: Ése es realmente uno de los puntos centrales de mi cine. El dolor debe compartirse con la gente que está cercana a ti, no es por tanto un acto individual sino que el dolor debe ser compartido por el colectivo.

CA: Se ha dicho de Koreeda que es un director hiperrealista, otros dicen que es un poeta de las imágenes. ¿Dónde se ubica usted: se considera un director realista o romántico?
HK: No quiero renunciar a ninguno. Al realizar mis películas busco la realidad pero al mismo tiempo no renuncio al sentimiento. De hecho son estos tipos de films los que me gusta ver, y por tanto los que intento hacer cuando me pongo detrás de las cámaras. Ahí están directores como Fellini o Roberto Rossellini, eminentemente realistas pero que nunca renunciaron a la parte poética.

CA: Su cine es contemplativo, de narrativa pausada ¿es un cineasta contracorriente en un tiempo en el que el público ha perdido la paciencia?
HK: Puede que sea un cineasta no convencional, pero no es algo buscado, simplemente hago las películas que me gusta ver, y mis películas van al ritmo que yo quiero que vayan. Por mucho que la gente busque la inmediatez de las imágenes, las películas que realizo llevan su tempo propio, que no es ni mejor ni peor, sencillamente es el mío. Por ejemplo en mi última película puede que se noten unos cambios de ritmo, que pueden parecer impropios de la comedia, pero están elegidos de una manera muy precisa.

CA: ¿Cuánto de espiritual tiene su cine?
HK: Realmente no mucho. Mi cine busca capturar la realidad, a la vez que profundizar en las sensaciones, en los sentimientos... pero sin ningún trasfondo religioso o espiritual.

CA: En estos últimos años se está produciendo una eclosión internacional de cine de no ficción ¿Se plantea volver en breve al género documental?
HK: Los próximos dos años los tengo comprometidos para la realización de films de ficción. Todavía no están concretados los proyectos, pero creo que serán tres. Una vez finalizados no descarto volver a un género en el que tan a gusto me siento, y que me inició como director de cine.

CA: En Hana los niños tiene un papel secundario pero importante. En su anterior película (Nadie Sabe) los niños eran los protagonistas. Parece que le gusta trabajar con ellos.
HK: Me encanta rodar con niños. Trabajar con ellos es muy interesante. Por ejemplo, en Nadie Sabe, cuando quería hacer sonreír al hermano pequeño, le decía al hermano mayor que le hiciera reír. En las escenas de Hana en las que participan varios niños, no íbamos uno por uno dándoles instrucciones, sino que dábamos indicaciones en general y ellos hacían lo que les parecía. En los rodajes hay algunos niños que hablan, que aportan sus ideas, pero generalmente a los niños hay que sugestionarlos para conseguir el plano que uno quiere.

CineAsia: Su cine habla en un lenguaje universal sobre la tragedia, el dolor y la manera que sobrevivimos a ellos. Hana, sin embargo, es un cambio radical de registro, de temáticas y de tono.
Hirokazu Koreeda: Buscaba un cambio en esta película pero esto no implica que no regrese al drama. De hecho, mi próxima película será un drama. Ha sido una parada, un divertimento, pero nada definitivo.

CA: Hasta ahora todas sus películas estaban ambientadas en la época actual. ¿Qué le ha llevado a hacer una película que transcurre en el siglo XVIII?
HK: La razón principal es que me apetecía mucho hacer una película de época. Hana está ambientada 100 años después de la guerra en Japón. Es una época de paz, en la que los samuráis, los guerreros, van perdiendo poder en beneficio de los hombres de negocio. Esta situación no me parece tan diferente a la que se vive actualmente. Son dos épocas que van coordinadas, van paralelas.

CA: ¿Porqué cree que tantos directores japoneses se interesan en hacer películas de época? ¿Tal vez se quiere revisar el pasado?
HK: La razón de los otros directores para hacer películas de época no la sé. En mi caso el interés surge de preguntarme qué ha sido de los japoneses, cuál es nuestra historia y nuestra tradición. Actualmente, no sólo en Japón sino a nivel internacional, hay mucho interés en la época de los samuráis. Pero en las películas de samuráis hay mucha acción y violencia, y a mí no me interesa mostrar esto. Me interesa ir un poco más allá y centrarme en las relaciones entre las personas, no en las batallas y los combates.

CA: ¿Tal vez la imagen de los samuráis, tanto en Japón como en el extranjero, sigue estando demasiado mitificada?
HK: Sí, es verdad. La época samurai está un poco mitificada. Pero eso está cambiando. Ahora la gente se pregunta el porqué de las cosas, se cuestiona el espíritu del bushido (código de conducta samurai), y del nacionalismo. En la época en la que está ambientada la película si que está vigente el honor y el bushido, pero ahora es exactamente lo contrario. Esa forma de vivir cada vez está cambiando más.

CA: Podría hablarnos de su próximo proyecto...
HK: Hace dos años ocurrió un hecho muy trágico en mi vida: la muerte de mi madre. Mi próxima película, sin que llegue a ser una biografía, me gustaría recoger los recuerdos que tengo de ella. El film estará basado en el día a día de una familia, y en él intentaré plasmar todas las evocaciones que tengo de mi madre.

CA: Hollywood prepara una película titulada Alter Life, protagonizada por Kate Bosworth. ¿Qué sabe de este proyecto? Se comenta que es un remake en toda regla de su película.
HK: Sí, sí, es totalmente cierto. De hecho antes de desplazarme a Las Palmas me pasaron una copia del guión para poder leerlo, pero lo que no conocía era el nombre de la actriz. (Se sorprende al conocer que es la protagonista de Superman Returns). De hecho en Holanda parece que está prevista la producción de una ópera también basada en mi film After Life. Lo que realmente me parece interesante de la fiebre de remakes es el cómo una película puede ser adaptada por otra cultura, aunque mucho me temo que Hollywood, que está volcándose en esta fiebre de remakes, no va ha hacer muchos proyectos de calidad. 

Nos despedimos de Koreeda... que con una sonrisa en los labios continúa sentado y nos recuerda que conserva en su despacho la portada de la revista CineAsia que coincidió con el estreno de Nadie Sabe