Directores: Brian Tse.
Año: 2009.
País: Hong Kong.
Género: Animación, comedia, drama.
Duración: 77 minutos.
Reparto (voces): Sui-man Chim, Sandra Ng,
Mrs. Mc, Kwong Wan y Anthony Wong.
Inauguración: 25 de Febrero 17 horas.
Nueva entrega de las aventuras del cerdito más popular de Hong Kong. Después de una serie de malos acontecimientos, donde las deudas hacen acto de presencia, la madre de McDull decide hacer las maletas y empezar una nueva vida en Wuhan, la ciudad más poblada de la zona central de China. Un lugar idóneo donde poder aprender a llevar un negocio con su especialidad, el pollo chamuscado. Por su parte, McDull es enviado a una escuela de kung fu para niños en la montaña de Wudang, con preciosos paisajes, donde junto con un grupo de pequeños y un misterioso y nuevo amigo ‘oso panda’ deberá convertirse en todo un maestro.
En McDull Kung Fu Ding Ding Dong, el cerdito con más poco coeficiente intelectual del mundo vuelve a hacer de las suyas, y aunque esta tercera entrega de la saga McDull no sea tan contundente como las dos anteriores, sí que continúa con esa sátira local a la ciudad de Hong Kong, a la vez que sigue demostrando su cariño por la misma. En esta tercera parte, Brian Tse, que en las primeras dos películas hizo de productor y de guionista, toma las riendas también de la dirección del film. Así pues, esta vez, y con diferencia de las anteriores, la relación madre-hijo, McDull y su madre, no está tan explotada y centra su atención, sobre todo, en el niño-joven-adulto McDull y sus relaciones con los demás y en su relación consigo mismo (esa búsqueda de quién soy, el espíritu de superación, el compartir, la responsabilidad… todo serán cosas que aprenda en la escuela de la montaña de Wudang). También, y como debe ser, Hong Kong, está presente, quizá esta vez en contraposición con la China continental, a donde “emigrarán” McDull y su madre en busca de una vida mejor. La crítica a la administración local, a las instituciones educativas (el experimento Mozart es de lo mejor de la película), a los medios de comunicación de la excolonia, todo vuelve a recordarnos esa incisiva y crítica ironía que siempre ha sido seña de identidad de la saga de nuestro cerdito más tonto… y más entrañable a la vez.
En definitiva, una bonita historia, donde destaca sobretodo la variedad cromática y la fusión entre animación 3D y 2D. La moraleja de la película es bastante clara: la vida es tal y como se presenta y para conseguir mejorar no hay más remedio que el esfuerzo personal y la autosuperación. Compartir y ponerse en el lugar de los demás. Todo ello además, aderezado con una preciosa y melódica banda sonora compuesta por Steve Ho Sung-Chi.
Salvador Navarro (Blog Visual)
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