Todos aquellos pesimistas que pensaron que con la desaparición del BAFF Barcelona se iba a quedar huérfana de buen cine asiático estaban equivocados. Un año después se estrena el CAFW, Casa Asia Film Festival, un certamen que viene a cubrir un hueco necesario para todo aquél que cree que aún falta mucho tiempo para que llegue el Festival de Sitges. Y los amigos de CineAsia, Gloria y Enrique, tan tenaces e incansables como siempre y apoyados en esta ocasión por Casa Asia y por dos pesos pesados de la industria cinematográfica catalana como Ángel Sala y Mike Hostench se han salido con la suya, y han montado una semana de cine oriental con una programación que es para quitarse el sombrero. De cómo con un presupuesto tan exiguo y reducido han conseguido traer tal cantidad de buenas películas es algo que sólo se puede entender desde la ilusión con la que acometen cada proyecto. Ojalá tengan mucha suerte y el público responda acudiendo en masa a las sesiones programadas en los cines Girona.
El Casa Asia Film Festival se vertebra en dos espacios y tiempos bien diferenciados: desde el lunes 6 hasta el jueves 9 de junio la programación se concentra en la sede de Casa Asia (con actividades y proyecciones gratuítas), y a partir de ese mismo día 9 y hasta el domingo 12 inclusive en los cines Girona, donde se proyectarán un total de 30 films, 11 de los cuales compiten en la sección Oficial.
Y mientras esperamos con anhelo y porqué no decirlo algo de ansia a que pasen ante nuestras retinas películas como Reign of Assassins, Confessions, Spce Battleship Yamato, The Stool Pigeon o Bruce Lee My brother iniciamos este diario hablando en dos entregas de las diversas actividades paralelas que se han ido llevando a cabo en Casa Asia, (algo así como un interesante aperitivo para el ágape pantagruélico que se nos avecina).
La actividad que abrió el fuego el lunes a eso de la una del mediodía fue el pase gratuito dentro del ciclo Españoles en Asia de 24 horas abierto (Miantiao) documental ganador del gran Premio del Jurado de la Competición nacional de Cortometraje Documental de la VII Edición del Festival Internacional Documenta Madrid 2010. Dirigido por Xavier Campreciós, se nos explica en menos de media hora el arduo e ininterrumpido trabajo que tiene lugar en un pequeño restaurante regentado por una familia de musulmanes de la etnia hui procedentes de la provincia de Quinghai, al noroeste de China. En este pequeño cubículo donde comensales y comida casi no disponen de espacio se preparan de forma laboriosa y artesanal los fideos de Lanzhou, unos fideos que tienen una pinta estupenda. El documental se adentra en la personalidad de esta familia retratada sobre el telón de fondo de su establecimiento. Ellos viven por y para el trabajo en el restaurante, con unos horarios espartanos que dejan en pañales a aquéllos demagogos que querían imponer en España la jornada laboral de 50 horas semanales. Aquí trabajan 365 días al año sin descanso durante diez o doce horas diarias. El documento tiene su punto álgido en el cautivador proceso de confección a mano de los fideos, que nos recuerda vagamente a la escena más inventiva del último film de Zhang Yimou de reciente estreno en nuestras carteleras: Una Mujer, una Pistola y una Tienda de fideos chinos; aunque también resulta muy interesante descubrir aspectos de su cultura bastante chocantes para las mentes occidentalizadas, como son las bodas de conveniencia o una dieta en la que paradójicamente no tiene cabida el arroz. Campreciós no necesita más que colocar la cámara en los aledaños del local para palpar de primera mano los sinsabores de una vida esclava que provoca desde el rechazo vecinal hasta la melancolía por las oportunidades perdidas. Un trabajo muy recomendable y sabroso al mismo tiempo; advertidos quedan los que lo vean con el estómago vacío.
Un poco más tarde fue el turno para la proyección, dentro también del ciclo Españoles en Asia, del documental Banaras me, del director madrileño David Varela. Durante dos horas, y sin prácticamente diálogo alguno, Varela nos introduce de puntillas en Benarés, una de las ciudades más antiguas y sagradas del mundo donde aún pervive un cierto aire ancestral. Situada a orillas del río Ganges en el estado de Uttar Pradesh, se trata de una de las siete ciudades sagradas del hinduísmo y el budismo. Su estilo recuerda mucho a Baraka, aquel exitoso experimento cinematográfico de la década de los 90 en el que, saliéndose de todo contexto habitual, se proyectaban imágenes escogidas de 24 países diferentes sin implemento de algún tipo de narración o trama específica. Aquí se trata de acariciar la realidad de un microcosmos mágico y captar así la esencia de la ciudad. Voces, miradas, músicas, las rutinas de sus gentes, sus celebraciones y aficiones… las manos de los hombres que tejen variopintos hilares y los ritos a los Dioses, todo mostrado con una pausa y un sosiego que consigue el objetivo de que nos olvidemos durante dos horas de los estreses cotidianos. Indispensable disfrutarlo en pantalla grande.
La primera jornada de Portal Asia tuvo lugar a las 19:30, con una conferencia a cargo de Ángel Sala y Mike Hostech (Festival de cine de Sitges) acarca de la presencia de la cinematografía asiática en los festivales internacionales. Un más que intersante colófón a esta primera jornada, en la que se profundizó en temas como el papel que han desarrollado los festivales en la globalización de la cinematografía asiática: desde que Akira Kurosawa recibiera el León de Oro en venecia por su película Rashomon en 1951, o OldBoy se alzara con la Palma de Oro en Cannes en el 2003. Sin duda un acierto el de esta parte inicial del festival que permite un contacto entre el aficionado y el especialista.
El martes las actividades de Portal Asia se concentraron exclusivamente en la sesión vespertina: En primer lugar la distribuidora Cameo, de la que nunca nos cansaremos de cantar sus excelencias por el maravilloso trabajo que realiza de difusión de películas de autor, presentó sus últimas y cuantiosas novedades asiáticas. Fijaos que menú más suculento: Para este mes de junio Lola y Kinatay, dos de los trabajos más brillantes del aclamado director filipino Brillante Mendoza y la Trilogía de Yusuf: Huevo, Leche, Miel, del realizador turco Semih Kaplanoglu.
Y como el movimiento se demuestra andando, después de sortear entre los asistentes algunas unidades de estos films se proyectó Kinatay, una de las películas que más polémica y polvareda levantó en su paso por diversos Festivales, entre ellos el Festival Internacional de Cinema de Catalunya 2009, donde consiguió alzarse con el Premio a la mejor dirección. Un film cuya visión no puede dejar indiferente, y que originó encendidas controversias. Después de una primera parte un tanto tediosa, donde las escenas costumbristas dan paso a otras nocturnas en las que los protagonistas se pasean en furgoneta por las calles de Manila, todo para desembocar en una media hora final terrible donde el director se servirá de la violencia extrema para efectuar una denuncia feroz de la corrupción imperante en la sociedad filipina. Comparada por sus impactantes imágenes que bordean el gore con Irreversible, de Gaspar Noé, destaca por la turbulenta fotografía de Odyssey Flores (colaborador indispensable de Mendoza), junto a un diseño de sonido agresivo que amplifica el ruido de la calle. La historia nos narra como un estudiante de la Academia de Policia de Manila, quien se acaba de casar, se ve involucrado en un turbio asunto de secuestro de una prostituta de un club de striptease. Durante angustiosas secuencias, vemos como el hasta ahora ejemplar ciudadano deberá de afrontar la difícil decisión de perpetuar su intachable carrera, asistir impávido a la atrocidad o asumir su culpabilidad en las violaciones y desmembraciones que se producirán. Una auténtica y espeluznante pesadilla visual no exenta de una belleza mezquina no apta para paladares edulcorados.
Por último, la jornada se cerró con un debate sobre la situación de la distribución de cine asiático en España, con la presencia de Mike Hostench, subdirector del festival de Sitges, y Álex Fernández, representante de la distribuidora Mediatres y Jaume Ripolll (Filmin/Cameo). Un muy, muy interesante debate sobre el futuro del dvd, como nos decía nuestro colaborador y amigo Victor Miñoz de El Pozo de Sadako.
Francisco Nieto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario