Día 8. Sin justicia en Corea del Sur
Buenos días, cineasiáticos. A menos de 24 horas de nuestra partida de Udine, lo que más nos preocupa en estos momentos es no exceder los 15 kg en la maleta que mañana nuestros “amigos” de Ryanair pesarán concienzudamente en la terminal del Aeropuerto Venecia-Treviso. Como comprenderéis la operación va a ser dificultosa ya que el peso de los libros que traemos a la vuelta superan con creces a los de la ropa que cargábamos a la ida. Pero bueno, después de unas cuantas comprobaciones (báscula de baño incluida), nos centramos en la jornada de ayer, que nos llevó a Corea por partida doble, haciendo escala en China y Japón.
A Feng Xiaogang, el denominado Spielberg chino, tuvimos la suerte de descubrirle en nuestro primer viaje a Italia, con una espléndida película, la road movie A World Without Thieves. Tras ella vendrían muchas más, Assembly (inauguración del BAFF), The Banquet…
Este año ha querido rendir homenaje a las víctimas del mayor terremoto que asoló a China en 1976. Aftershock es un gran fresco que se centra en los 30 años siguientes a dicho terremoto, siguiendo en su deambular a una familia que se rompió aquella noche. Una madre que ha de elegir entre la vida de uno de sus dos hijos… Y los dos hijos que milagrosamente se salvan. Un drama épico con unas secuencias iniciales aterradoras. Las lágrimas aparecieron durante el transcurso de la proyección en diferentes momentos… aunque el final es el que se lleva la palma.
Ninguna referencia teníamos de Villain and Widow, una cinta coreana que se centra en la historia de un maleante de poca monta que trata de buscar una antigüedad china, escondida en la casa de una viuda y su hija. Lo que empieza como un thriller, coquetea a lo largo de metraje con el drama romántico, la comedia negra, para verse con interés, y cierto punto de originalidad. Con una interpretación sobresaliente de su protagonista principal.
Evidentemente la noche tenía nombre coreano. Y por partida doble. Cuando a las diez y cinco de la noche hacían su entrada en el Teatro Nuovo de Udine los hermanos Ryoo Seung-wan y Ryoo Seung-bum, todo el auditorio se levantó en un unánime aplauso. Era fácil distinguir al director del actor… simplemente nos tenemos que fijar en su sofisticación a la hora de vestir: y es que el star-system coreano ha de mantener un status muy próximo al de Hollywood… Mientras que los directores, pueden vestir tejanos… no hay ningún problema.
¿Qué nos ofrece The Unjust? La última película de Ryoo Seung-wan es un tanto distinta al resto. Tanto conceptual como narrativamente: se está describiendo un hecho real acontecido en Corea que levantó una crisis interna que afectó a los estamentos de la policía, políticos y judiciales. La investigación del asesinato de unas escolares deriva en un caso de corrupción policial a gran escala, que llega a salpicar desde el fiscal del estado, hasta al alcalde. Existe una dificultad intrínseca de empatizar con alguno de los personajes de la función, a pesar de sus excelentes interpretaciones, todos ellos bucean en la oscuridad del alma humana. Sólo nos queda el resquicio de los secundarios, piezas que los jefes mueven a su antojo, para obtener su propio beneficio. The Unjust está perfectamente rodada, todo está en su lugar, a pesar de que quizás se eche de menos la frescura de la que hace gala su director en otras de sus producciones. Ryoo Seung-wan ha cambiado, se ha vuelto más serio, y eso se nota en su cine… para bien… y para mal.
Y la última cita, después de la seriedad de The Unjust, la teníamos de la mano de la delirante y siempre divertida Sushy Typhon con la película Yakuza Weapon: un mano a mano en dirección y guión de Yudai Yamaguchi y Tak Sakaguchi con éste último como estrella principal del film. Un joven yakuza un poco rebelde en sus formas vuelve a Tokio cuando su padre, líder de uno de los clanes más importantes de la ciudad, es asesinado a manos de bandas rivales. La venganza está servida y más cuando unos científicos y agentes especiales del gobierno convierten a nuestro protagonista en un arma letal. A partir de ahí, un festín de gore, sangre, mutilación de partes del cuerpo, misiles que salen de los sitios más insospechados (léase la vagina de una guapa chiquilla), etc. Todo, claro está, bajo la batuta ya experta en maquillaje y efectos sangrientos de nuestro amigo Toshihiro Nishimura. Un divertimento de los de medianoche en una maratón de Sitges. Ah sí, se nos olvidaba, Tak Sakaguchi está de vicio dando patadas y puñetazos a troche y moche.
Esta va a ser nuestra última crónica desde Udine. Mañana toca viajar desde muy temprano y no habrá tiempo para reflexionar sobre la clausura del festival. Esperamos que os hayáis divertido un poco, y os hayáis sentido un tanto más cercanos a este festival que tanto ama el cine popular asiático. Esa era nuestra intención.
Un abrazo a todos desde Udine.
Que manía con llamarlo Toshihiro Nisimura cuando es Yosihiro jajaja. Lo cual me recuerda algo...
ResponderEliminar