Running out of time (1999, HK) - Especial Semana de cine de Hong Kong

Año: 1999

País: Hong Kong

Director: Johnnie To

Duración: 93 minutos

Género: Thriller/Drama

Intérpretes: Andy Lau, Lau Ching Wan,
Lee Chi Hung.

Volvemos a 1999 para recuperar este título del ahora reputado director chino, y digo ahora porqué hasta Breaking News (2004) y todas sus películas posteriores, no lo conocía ni el tato, salvo algunos aficionados al cine asiático. Después de haberse puesto de moda gracias a su aceptación en festivales de renombre todos nos llenamos la boca de Johnnie To, pero ¿dónde estábamos en la época de The Heroic Trio? –Os la recomiendo, por cierto. Una locura de acción y artes marciales coreografiadas por el maestro Ching Siu Tung.

Actualmente nadie duda del saber hacer del veterano To, de hecho, ahora mismo no se me ocurre nadie que lleve su cine de acción por toda europa y que encima casi se le considere un autor. Y es que con títulos como Vengance, Election 1 y 2, The Mission, Mad Detective y Exiled, no se le puede rechistar. Buena cosecha la de su productora MilkyWay.  – Cuánto nos ha ayudado el Festival de cine de Sitges con su filmografía… al menos con las últimas, que las otras cuarenta y pico tiene uno que buscarlas por su cuenta.

En la película que nos ocupa encontramos varias constantes de su cine: personajes carismáticos (con actores a los que suele recurrir), acción medida al milímetro (esto lo elevó a la máxima potencia con la antes citada Exiled), una pizca de drama, un toque de humor, y una guión que no se conforma con ser un mero pretexto para pegar tiros.

Como su protagonista (Andy Lau) indica, Running out of Time es un juego, un juego que transcurre en 72 horas meticulosamente planeadas para llevar a cabo una venganza. Pero para ello necesitará un compañero (Lau Ching Wan) al que manipula para que encaje en el plan, y con el que inevitablemente irá estrechando lazos y ganando en complicidades. Ambos tejen una trama en la que ríes, te emocionas, te enervas… pero nunca, en ningún momento te aburres. Dentro de todo el embolado, hasta encuentra espacio para una pequeña historia de amor que me robó el corazón, y es que sin ser una obra maestra, lo tiene todo.

Lo mejor: poder catalogarla curiosamente como “thriller entrañable”.

Lo peor: no se me ocurre nada malo, la verdad.

Óscar Sueiro