Pero el día había comenzado mucho antes, 14 horas para ser exactos, cuando el reloj me despertaba sobre las siete y media de la mañana, con la finalidad de darme tiempo para prepararme la agenda del día. A saber: Tailandia, China. Venezuela. Stop para comer: hoy sí que he comido, un enorme plato de pasta. ¡Por fin he podido hablar español un poco!, Gracias, Álex, la comida y la sobremesa han sido geniales. Y luego, vuelta al cine, para ver la última de la jornada, la india 7 Sins Forgiven.
A las nueve de la mañana, sentada en la sala 6 de los Cinemax, hubiera sido un consuelo haber podido degustar una de esas cervezas que he ingerido tan sólo hace un par de horas. Entré con cautela a ver el film del tailandés Thunska Pansittivorakul, más que nada porque en el programa no me aclaraban qué tipo de film iba a ver, y desde luego, no había visto el poster. Por mucho que el título es importante: The Terrorist, mi experiencia me dice que no todo lo que parece claro, al final lo es. ¡Y menos si viene de Tailandia! ¿Verdad, Apitchapong...? Por mucho que el film quiera describirnos una masacre de estudiantes producida en los años 70, todo se me viene abajo, cuando tras tres cuartos de hora, todavía no he visualizado ninguna imagen que me hable del tema. Eso sí, he visto varias masturbaciones, un hombre bañándose en el río, etc... Me supera, lo siento.
Pero el día me deparaba unas cuantas sopresas. Como el descubrir un documental chino, que si bien habla de un tema ya tratado y visto en otras producciones (en este caso la discriminación que sufre el grupo de población afectada del virus del SIDA), sabe cómo hacerlo, gracias a su estructura, a su lenguaje, para mantenerte absorto los 83 minutos que dura. Togheter del chino Zhao Liang (que presentara en el Festival de las Palmas hace unos años Crime and Punishment), ahonda en el tema a partir de la experiencia vital de otro director, Gu Changwei (Peacock) a la búsqueda que éste emprendió para conseguir verdaderos pacientes afectados del virus del SIDA para su propia película, y que complementaran a sus actores principales principales: Zhang Ziyi y Aaron Kwok. Muy recomendable.
Por otra parte, no podía faltar a la cita con el indio Vishal Bhardwaj. ¿Por qué? Por el modo que tiene de encarar sus proyectos. ¿Qué hace un indio versionando a Shakespeare os preguntaréis? Maqbool y Omkara son las respuestas. Dos thrillers diferentes, basados en los textos del escritor británico. Evidentemente después de comprobar que la nueva película que presentaba era un thriller, la elección era fácil. Con 7 Sins Forgiven, Bhardwaj vuelve a conseguirlo. En esta ocasión centrándose en uno de los iconos del cine negro: la femme fatal (lo siete pecados capitales, a los que se refiere el título, no son más que los siete maridos a los que ha asesinado... entre los que se encuentran John Abraham e Irfan Khan). No digo más. Salvo que sus números musicales han vuelto a sorprenderme.
Ya va siendo hora de acabar. Más que nada porque son cerca de las dos de la madrugada y preveo una noche un tanto movida (¿es la habitación la que da vueltas o soy yo que he empezado a bailar?). Pero sí me gustaría desvelaros algo. No hagais planes entre el 4 y el 10 de Junio, o si los hacéis, intentar que sean muy próximos a la ciudad de Granada. Me explico. Antes de iniciar "el efecto dominó", leáse, antes de entrar en la cervecería con mi amigo Klaus, me he cruzado con Mirito Torreiro. Primicia: ya hay fechas para el Festival de Granada-Cines del Sur, que este año cumple 5 añitos. Del 4 al 10 de Junio. Os aseguro que cuando veais el programa, me vais a dar la razón. Granda ha de ser una de vuestras citas. Asia tiene este año una presencia muy especial.
Y hasta ahí puedo leer. Buenas noches, cineasiáticos.
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