De nuestro colaborador: Eduard Terrades Vicens
Invisibilidad asiática
Reflexionemos antes de entrar en materia: creo sinceramente que en nuestro país existe una especie de racismo cinematográfico o discriminación pasiva del cine minoritario a favor de las producciones norteamericanas, impulsada en parte por el acomodamiento intelectual del que hace gala el público que asiste a las multisalas prefabricadas. Ya saben, que un actor tenga los ojos “achinados” frena a las audiencias (¡aún recuerdo carcajadas en el estreno de Acantilado Rojo por según qué expresiones faciales salían a relucir en las caras de los actores en secuencias de máximo dramatismo!). O ver una diva con una tez más oscura impide que se activen las testosteronas masculinas más básicas, pero si a ese mismo público les pones cualquier actriz estadounidense o latina medio desnuda, pierden el culo a la primera de cambio. Esto, y el factor cultural (a la que a toda persona con rasgos marroquíes, pakistaníes, etc. se la mira con ojos dubitativos) impide el estreno comercial de los grandes musicales de Bollywood y de las curiosas producciones de Kollywood o Tollywood

Viendo los box-office anuales correspondientes a nuestra demarcación geográfica, resulta preocupante constatar que a las alturas que estamos aún no se tenga una mayor sensibilidad por esos filmes procedentes de países asiáticos con una rica tradición cinematográfica que, con el paso del tiempo, han venido demostrando que no son simples fabricantes de películas exóticas (léase las enérgicas producciones de India o la serie B japonesa de antaño). No depende exclusivamente de nosotros pues defender el cine oriental, sino de esos espectadores con cierto interés cultural. Y para ellos vamos a desmenuzar todos esos posibles proyectos que desembarcarán de una manera u otra en los próximos meses:
Japón: comercialidad, manga-eiga y serie Z

Otra posible ida de olla puede ser Battle Royal 3D, cuyas primeras imágenes no presentan demasiadas novedades con respecto a la original, lo que la convertirá en una mera reconversión al formato estereoscópico para subir el precio de las entradas. Una de las producciones que sí esperamos con ansiedad es Gaku: Minna no Yama, la live-action movie basado en el manga para adultos de homónimo nombre sobre rescatadores de alta montaña. La obra original de Shinichi Ichizuka ha sido editada parcialmente en España y es un canto al naturalismo desde la óptica de un enamorado de las montañas que hace de voluntario en un equipo de rescate de los Alpes japoneses. Su previsión de estreno es para el 7 de Mayo próximo, y seguramente se convertirá en un pequeño blockbuster ideal para calentar la pretemporada veraniega.

El cine de autor o costumbrista también tendrá cabida en la industria japonesa: desde Smuggler, nuevo proyecto de Katsuhito Ishii que adapta una historieta gráfica de Shôhei Manabe, pasando por el retorno por la puerta grande de Hiroyuki “Sabu” Tanaka con su esperada Usagi Drop, y recalcando al imprescindible Nobuhiro Yamashita, que se ha atrevido a retratar esos violentos movimientos estudiantiles de 1969 (que en su época ya reivindicó Koji Wakamatsu) en My Back Page.
Aunque, sin duda alguna, los adictos al anime ya esperan con devoción la segunda producción de Goro Miyazaki (el hijo del fundador del Studio Ghibli), que se prevé para mediados de verano. Kokuriko-zaka Kara (algo así como ‘La Colina de las Amapolas’) adapta un shôjo manga costumbrista de 1980, cuya protagonista es una chica huérfana estudiante que ha madurado a marchas forzadas para salir adelante. Veremos si Aurum se decide a estrenarla, pues aún estamos esperando Karigurashi no Arrietty…
HK vs China vs Taiwán
Mientras que la cinematografía china parece aunar esfuerzos logísticos y financieros con la vieja ex-colonia británica con tal de ofrecer propuestas que enriquezcan el cine nacional sin importar demasiado las ventas al extranjero, en Taiwán parece que han encontrado la fórmula del reciclaje, importando la manera de hacer de sus coetáneos hongkoneses para intentar levantar la industria nacional. Prueba de ello son los rodajes en marcha de Lovesick, la nueva comedia romántica de la actriz pastel Ariel Lin, y del filme dedicado al mundo del boxeo Somersault Punk.


El cine estereoscópico parece que también ha dejado de ser una moda pasajera en Asia, estableciéndose como el formato ideal para visualizar cualquier filme relacionado con la acción, las artes marciales, el terror o la animación. En esta última categoría se enmarca la cinta infantil The Legend of a Rabbit (no por casualidad, en el calendario chino, el 3 de Febrero empieza el año del conejo), que ha sido dirigida por la directora de la sección de animación de la Academia China de Pequín, y que promete emociones a raudales para los más pequeños: un conejo con dotes para las artes marciales debe encontrar a la hija de su difunto maestro, pero no lo tendrá fácil, pues como cualquier cinta de tortas, deberá enfrentarse con unos cuantos enemigos. Asimismo, la esperanza china para reventar las taquillas internacionales se encuentra en el proyecto de adaptar el mito del ‘Yeren’ (una criatura parecida al yeti tibetano) en un blockbuster en 3D de esos que te zampas las palomitas a los diez primeros minutos. El filme se ambientará en los bosques de Shennongjia (donde fue divisado por última vez) y costará alrededor de los 12 millones de euros (100 millones de yuanes aproximadamente). En sus cines a partir de verano.
Ciertamente, preferimos ponernos las gafas polarizadas para disfrutar de la experiencia de ver en tres dimensiones a un conejo parlanchín o a un monstruo científicamente improbable, antes de reencontrarnos con Johnnie To y Wai Ka Fai a modo de comedia romántica en Don’t Go Breaking my Heart. Significará un rencuentro para estos dos amigos cineastas, pero francamente: los seguimos prefiriendo en los fríos thrillers que tan buenos resultados comerciales y artísticos han cosechado en el pasado reciente. En cambio sí que tenemos todas las esperanzas puestas en que The Enchanter, la nueva propuesta de Derek Kwok, no sea tan radical como su desconcertante The Moss. Mucho más miedo nos da el proyecto anunciado por Derek Yee al pretender mezclar una bonita historia de amor con magos: esperemos que no sea un encubierto remake de la espantosa El Aprendiz de Brujo (¿se dejará Tony Leung Chiu-Wai las mismas greñas que Nicolas Cage?) pasado por el tamiz de la comedia romántica cantonesa. Y viendo los teasers de The Piano in a Factory, codirigida entre Zhang Meng y Kwak Jae-young (My Sassy Girl), auguramos un buen año chino con respecto a los melodramas. Aunque para drama el nuestro, que deberemos implorar a los dioses taoístas para gozar de todas ellas en Occidente.
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