Los coreanos prefieren los gatos a los perros como animales de compañía, ya sea por motivos ambientales (falta de espacio en los apartamentos y de parques en las ciudades) o culturales (quizás los mismos que les llevan a ingerir carne de can en algunos restaurantes y no de gato). Pero no por ello estos animales dejan de guardar un cierto halo de misterio y de generar desconfianza con sus movimientos sigilosos y sus penetrantes miradas. O eso deben de pensar los responsables de Cats (nada que ver con el musical), que han convertido a estos felinos en los protagonistas de una película de miedo, a pesar de que el subgénero ‘animálico’ no se prodiga en el cine de terror coreano (cuesta pensar en otro ejemplo a parte del de Chaw y su cerdo salvaje).
Lo poco que se sabe de la historia es que diferentes personas que poseen un gato mueren de manera intrigante. La protagonista (Park Min-yeong, actriz televisiva que debuta en el cine), una joven que trabaja en una tienda de mascotas y tiene un gato en casa, lo sabe, pero eso no la espanta hasta que se ve envuelta ella misma en extraños sucesos. El estreno llegará en verano, claro, cuando el cine de terror es fruta de temporada en Corea del Sur.
Jordi Codó
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