Performing Pinoy
Video e identidad cultural en Filipinas: 1999-2009
Videoarte en Filipinas
Del 14 al 28 de marzo 2001
Bajo el título de “Performing Pinoy” se presenta un conjunto de obras de arte realizadas, en formato de vídeo, por artistas que reflexionan e interpretan la idea de nación como un laboratorio de creación y trasvase cultural. La palabra pinoy nomina e identifica a los filipinos de cualquier parte del mundo, independientemente del idioma que utilicen para comunicarse. El origen del término data del siglo XX y fue inicialmente utilizado para designar a los hombres filipinos que emigraron a Estados Unidos en la década de los años veinte. Paradójicamente, el adjetivo ha sido recuperado positivamente y, en la actualidad, el uso del término pinoy se ha extendido por toda la geografía filipina, nativa o en la diáspora, como una expresión popular y un signo de identidad colectiva.
En este sentido, el título de esta muestra de vídeo debe entenderse en una triple dimensión, a saber, performing pinoy en su acción performativa, el que actúa, representa o declama como tal (Performance); en su acepción interpretativa, es decir, el que analiza, aclara o lo descifra (Identidad); y en su extensión documental, el que registra, certifica y acredita lo filipino (Documento).
Los testimonios y las experiencias personales se viven dentro de un marco nacional desdibujado. Los artistas se integran en esa tierra desarraigada y, a la vez, se encuentran desintegrados de ella como se observa en los vídeos de Lena Cobangbang, Alvin Zafra, Poklong Anading, Bea Camacho, Ringo Bunoan, Sally Gutierrez, Kristoffer Ardeña y Michelle Dizon.
La experiencia poscolonial es nómada, voluble y cambiante, de ahí que todo intento convincente de autoafirmación experimente constantes revisiones y adaptaciones como es apreciable en las obras de Khavn de la Cruz , Raymond Red, Claro Chitz Ramirez, Raya Martin, Martha Atienza y Kidlat Tahimik, Kristoffer Ardeña, Dada Docot y Maria Taniguchi.
Los temas derivados de la actualidad global son aspectos con los que el artista filipino dialoga a diario, como son también la crítica social, política o cultural presente en los trabajos de Lena Cobangbang, Kiri Dalena, John Torres, Lav Diaz, Yason Banal y Angel Velasco Shaw.
Los temas derivados de esta situación de globalización, con los que el artista filipino dialoga a diario, como también son la crítica social, política o religiosa presente en los trabajos de Lav Diaz, Raya Martin, Kiri Dalena y John Torres. A estos temas habría que añadir aquellos relativos a cuestiones de emigración, diáspora o explotación sexual. Más de 20 millones de filipinos trabajan o residen en cerca de 40 países, con lo que contribuyen de forma vital a la economía del país. La emigración, por lo tanto, se ha convertido en una cuestión de referencia a la hora de analizar el espíritu colectivo de los filipinos. Los artistas, a menudo emigrantes ellos mismos, han tratado con el fenómeno de la diáspora como un proceso de negociación continua en torno a la construcción de su propia identidad y que muy bien ejemplifican las obras de Maria Taniguchi, Brian Gothongtan, Dada Dotoc y Michelle Dizon. La experiencia poscolonial se vive dentro de un marco nacional desdibujado, con fronteras difusas. Los artistas se integran en esta tierra desarraigada que hemos convenido en llamar diáspora y, a la vez, se encuentran desintegrados de ella como se observa en los vídeos de Claro Chitz Ramirez, Bea Camacho y Kristofer Ardeña.
ESPAI TV Mediateca
La ubicación geográfica de Filipinas en un punto estratégico, a saber, en el mismo corazón de la región geográfica de más rápido crecimiento económico del mundo, hace que la globalización neoliberal incida especialmente en su población. Un hecho que inserta la realidad filipina dentro de un contexto internacional en que el intercambio de ideas, mercancías y personas ha dejado obsoleta la noción de cultura como patrimonio nacional.
Los temas derivados de esta situación de globalización, con los que el artista filipino dialoga a diario, como también son la crítica social, política o religiosa presente en los trabajos de Lav Diaz, Raya Martin, Kiri Dalena y John Torres. A estos temas habría que añadir aquellos relativos a cuestiones de emigración, diáspora o explotación sexual. Más de 20 millones de filipinos trabajan o residen en cerca de 40 países, con lo que contribuyen de forma vital a la economía del país. La emigración, por lo tanto, se ha convertido en una cuestión de referencia a la hora de analizar el espíritu colectivo de los filipinos. Los artistas, a menudo emigrantes ellos mismos, han tratado con el fenómeno de la diáspora como un proceso de negociación continua en torno a la construcción de su propia identidad y que muy bien ejemplifican las obras de Maria Taniguchi, Brian Gothongtan, Dada Dotoc y Michelle Dizon. La experiencia poscolonial se vive dentro de un marco nacional desdibujado, con fronteras difusas. Los artistas se integran en esta tierra desarraigada que hemos convenido en llamar diáspora y, a la vez, se encuentran desintegrados de ella como se observa en los vídeos de Claro Chitz Ramirez, Bea Camacho y Kristofer Ardeña.
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Con motivo del ciclo Performing Pinoy. Valor e identidad cultural en Filipinas se presentará la instalación de la artista Sally Gutierrez: Listen, Entrevistas con ciudadanos Filipinos. Además del visionado de las entrevistas a intelectuales y activistas culturales filipinos se podrá consultar el libro editado por Juan Guardiola, Filipinas: Arte, identidad y discurso poscolonial (2008).
Primer programa: Lunes 14 de marzo: Performance
Segundo programa: Lunes 21 de marzo: Identidad
Para más información: Caixaforum
Segundo programa: Lunes 21 de marzo: Identidad
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Compra de entradas: Servicaixa
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