viernes, 15 de octubre de 2010

Sitges 2010: Día 8 (Jueves 14 de Octubre)

El jueves era un día esperado por muchos. El eco de A Serbian Film se había calado entre los espectadores meses antes del inicio del festival. La hora parecía perfecta: Las 13 horas, por aquello de que a nadie se le indigestara la proyección. Y claro está, todos los periodistas que después iban a afilar  su repertorio lingüístico para desgranar este film serbio, se dieron cita en el Auditoio del Meliá.

Haciendo un poco de barrido por la prensa digital "convencional" de nuestro país te das cuenta de este hecho. Todos han tenido algunas palabras para A Serbian Film. Para desgracia del espectador asiático, pocos han sido los medios que han hablado de The Housemaid, recordemos, película también incluida en la Sección Oficial Fantástica a Competición (a excepción de El Periódico, que le otorga el papel de favorita para los premios del certamen), y ningun medio el que ha ofrecido su versión de Cold Fish. Asia no tiene cabida para la prensa nacional, a no ser que toquemos cuestiones económicas, desastres naturales, o nos refiramos a la tensión que viven... desde hace más de 50 años las dos Coreas.

De The Housemaid de Im Sang-soo (director coreano invitado a Cannes y a San Sebastián con sus películas previas, A Good Lawyer's Wife o The President Last Bang), ofreceremos una crítica, junto con el encuentro informal que mantuvimos con su director. Crítico con el país en el que vive, del que comenta "todavía se mantiene el control de los grandes congolmerados económicos en muchos ámbitos de la vida coreana. Corea continúa siendo excesivamente clasista", Im Sang-soo se ha servido del clásico de 1967, The Housemaid (firmado por Kim Ki-young, al que se conoce como padre del cine coreano de terror contemporáneo), con el fin de darle una nueva vuelta de tuerca a la erótica del poder, y al poder de las clases en Corea. Una película sugerente, que desborda sensualidad y nos abre una mirada a lo retorcido del alma humana.

El día tuvo otras propuestas. Una más que interesante fue descubrir que Sion Sono continúa siendo uno de los directores nipones más interesantes del panorama internacional. Él como nadie es capaz de introducirse en la psique humana para analizarla. Sin ningún tipo de concesión, Cold Fish se abre con un hecho incidental que además no vemos en pantalla (el robo en unos grandes almacenes), y que desencadenará la explosión de un nucleo familiar. Hay que tener aguante para ver todo el metraje del film, pero todavía hay que tener más aguante para confirmar que lo que estamos viendo es una radiografía de la sociedad (el film está basado en hechos reales) y que nosotros formamos parte de ella.

A dos días del final del festival, las cartas todavía se mantienen sobre la mesa. Sobre todo cuando nos enteramos de que el film de Apichatpong, Uncle Boomnee Who can Recall His Past Lives, que no estaba incluído en la competición, finalmente ha optado por competir en la muestra. Confessions, 13 Assassins, The Housemaid, Bedevilled... Uncle Boonmee...





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