País: Japón.
Director: Takashi Miike
Duración: 100 m .
Género: Comedia
Protagonistas: Seishiro Kato, Futa Kimura,
Roi Hayashi, Mikijiro Hira, Arata Furuta, Koji
Más información:
Sinopsis: Rantaro es un niño de 8 años que ha nacido en una familia ninja de clase baja. Sus padres esperan que un día se convierta en un ninja de élite para poder sentirse orgullosos, por lo que lo matriculan en una escuela de ninjas jóvenes. Mientras está allí se hace amigo de Shibe, el hijo de un rico comerciante y de Kirimaru, un huérfano que perdió a sus padres durante la guerra. Juntos, Rantaro y sus compañeros, quienes son llamados los "Huevos Ninja" se verán envueltos en varias desventuras involucrando a profesores, estudiantes de más edad y ninjas rivales del Castillo Dokutake, con los que se medirán en una competición en la que el primero que gane una carrera alcanzará el máximo honor.
Crítica:
La vasta filmografía del hasta ahora considerado “enfant terrible” del cine japonés le ha llevado a intentar satisfacer a públicos de todas las edades, y así, mientras colmaba las expectativas adultas con trabajos ultraviolentos como Ichi the Killer o Crows Zero, a su vez contentaba a los más tiernos infantes con títulos como La Gran Guerra Yokai o la más reciente Yatterman, vista en el Festival de Cine de Sitges hace un par de años. Este 2011, para no ser menos, Miike ha estrenado Hara-Kiri: Death of a Samurai, su primera película rodada en tres dimensiones que presentó con críticas divididas en el pasado Festival de Cannes, y el film infantil Ninja Kids. Mientras el primer título representa el paso a la madurez de un realizador que parece haber abandonado su vertiente más radical en pos de un cine más autoral, el segundo supone un auténtico desparrame kitsch donde adapta a la gran pantalla el conocido anime de Sobel Amako Ninja Boy Rantaro (Rakudol Ninja Rantaro), serie que en su día fue emitida en España en algunas televisiones autonómicas.
El héroe de la función es un niño con gafas de culo de botella que ingresa en el primer curso de la academia ninja para aprender las distintas artes de estos valerosos guerreros. La trama, bastante insustancial, se vertebra en las continuas lecciones sobre supervivencia y técnicas especiales impartidas por los profesores más variopintos y disparatados, las relaciones que se establecen entre los alumnos de todos los cursos, ataviados con kimonos de colores a cual más chillón, y la rivalidad existente con otro grupo de ninjas (los malvados de la película), a los que podríamos definir como profesionales, con los que mediará una descacharrante competición en forma de carrera que enfrentará a veteranos y noveles en pos de conseguir el mayor reconocimiento. El humor surrealista, difícil de descifrar por los menos avezados en la materia, campa a sus anchas unido a cierto afán por el chiste escatológico y el gag visual. Hay momentos afortunados que invitan a la carcajada más atronadora, sobre todo aquéllos que tienen como protagonista a un maestro que aparece en escena rompiendo literalmente los decorados de la película, para explicarnos de manera harto ilustrada las posibilidades de cada una de las armas que se están empleando en la acción. En el debe del film indicar que el conjunto se resiente de una alarmante falta de ritmo y de un trabajo de maquillaje demasiado rudimentario (esas pelotas que quieren parecer chichones). Con todo, el film divierte, es un canto a la amistad (los personajes de Shimbei y Kirimaru, amigos inseparables del protagonista son irresistibles) y los niños japoneses se lo tienen que haber pasado bomba viendo las peripecias de estos críos metidos a aprendices de guerreros. No hay que perderse los títulos de crédito finales, con imágenes del rodaje del film y una pegadiza canción del grupo NYC Boys.
Lo mejor: La etapa de aprendizaje hasta que llegan las vacaciones de verano.
Lo peor: Que en el film no aparezca Hem-Hem, el perro del director de la Academia.
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