martes, 26 de julio de 2011

Casa Asia Film Week: Entrevista a Xavi Campreciós, director del documental Abierto 24 Horas

Entrevista a Xavi Campreciós, director del documental Abierto 24 Horas que participó en las actividades paralelas realizadas en Casa Asia durante la celebración del Casa Asia Film Week el pasado mes de Junio.

CineAsia: Durante el tiempo que duró el rodaje del documental, ¿tuviste la sensación en algún momento del rechazo que se dice tienen los chinos de otras etnias hacia los integrantes de la etnia hui? ¿Este rechazo tiene algo que ver con su distinta cultura gastronómica? 

Xavi: Yo nunca percibí rechazo alguno hacia esta familia hui, aunque se sabe que en cierto grado existe en China. No debido a su religión o cultura gastronómica sino, como dice uno de los personajes del documental, a su origen campesino y al hecho de tener una apariencia semejante a la gente de origen uigur, de la provincia de Xinjiang, a quienes muchos chinos asocian con robos y atracos.

CineAsia: ¿Crees que la mentalidad occidental puede llegar a entender el culto al trabajo que poseen los pueblos orientales, y que superpone a las relaciones familiares?

Xavi: En el caso de China, personalmente puedo entender lo siguiente: si vives en una sociedad en la que todos los comercios abren 7 días a la semana, y en la que, por ejemplo, colectivos como el de los taxistas trabajan prácticamente 365 días al año, quizás no te planteas con gran dramatismo el hecho de que a ti te toque hacer lo mismo. Es lo que hace una gran parte de la población. Además, hay muchos factores que están relacionados, como pueden ser la alta competitividad y competencia (no hace falta recordar la cifra de la población china), o el hecho de que los padres traten de ahorrar una cantidad considerable de dinero para invertir en sus hijos, en su educación, atención sanitaria, etc. En el caso de la familia que aparece en el documental, las relaciones familiares son, de hecho, la base del negocio, el restaurante forma parte de su proyecto como familia porque trabajan todos allí y de él se nutren todas las generaciones, que son 4.

CineAsia: ¿Qué recepción está teniendo por parte del público el documental en los diversos festivales en los que se está proyectando? ¿Te pilló por sorpresa el premio que le dieron en Documenta 2010?

Xavi: Fue una sorpresa inmensa ganar el premio. Por algún motivo, el documental no ha sido seleccionado en ningún otro festival, así que sólo puedo hablar de las críticas que he recibido de primera mano en visionados que he hecho en el Instituto Confucio, la Escuela Oficial de Idiomas o la Fundación ICO. Lo que más valora el público es la naturalidad que desprenden los personajes y la proximidad con la que está hecho, que creo que es precisamente el gran mérito de este documental.
CineAsia: ¿Cuál fue el germen del proyecto?

Xavi: El restaurante en cuestión estaba al lado de la universidad donde estudiaba chino en Shangai y a menudo íbamos a comer allí. Poco a poco, a medida que la relación entre esta familia y mi grupo de amigos se fue haciendo más estrecha, me fui dando cuenta de que había muchos puntos de interés para hacer un documental. Los personajes tenían un encanto natural, un carácter alegre, no paraban de hacer bromas tanto entre ellos mismos como con los clientes. El proceso de la elaboración a mano de los fideos me parecía fascinante. El sitio tenía el encanto de los restaurantes pequeños, del típico restaurante pequeño chino al que muchos occidentales se niegan a entrar porque tiene ese aspecto descuidado. Ellos son de una minoría étnica musulmana, la existencia de la cual sorprende a mucha gente en Europa, que cree que los chinos son chinos sin matices.
Cuando empecé a rodar tenía en mente transmitir todo esto, no tenía una idea clara del guión, de hecho nunca la tuve. Iba a filmar y buscaba la naturalidad, el realismo. Este documental es un buen ejemplo de improvisación, ya que la base estaba allí, todos los elementos de la fórmula estaban dentro de ese espacio, yo sólo tenía que pasar por allí y recopilar suficientes momentos interesantes como para que surgiera un documental interesante.

CineAsia: Del documental se desprende que del matrimonio protagonista existe más una relación de amistad que de amor verdadero. ¿Estás de acuerdo?

Xavi: Es evidente que el concepto de construir una familia para ellos es distinto al que estamos acostumbrados en las últimas décadas en España. En el caso concreto de Mali y Qiming sinceramente no sé si se puede hablar de amor, pero en todo caso sí se puede hablar de aprecio, cariño, respeto... Es verdad que nunca he visto una demostración de amor entre ellos dos en público, pero quizá ellos tienen otras formas de expresar el amor que un occidental como yo no puede percibir o entender, así que no me siento capacitado para hacer una afirmación en este sentido.

CineAsia: ¿Existe alguna posibilidad de que podamos ver próximamente el documental emitido por alguna cadena de televisión?

Xavi: Como en el caso de otros festivales, las televisiones con las que he contactado no se han mostrado interesadas en emitir el documental. Sin embargo, evidentemente es un objetivo que sigo teniendo en mente y que espero poder alcanzar algún día.

CineAsia: En algunas sinopsis del film que he podido leer dice: “encontramos un pequeño restaurante, sucio y descuidado, pero con personalidad...”. Tú que estuviste allí, ¿estás de acuerdo con esta descripción?

Xavi: De hecho la hice yo, pero ahora que me haces esta pregunta pienso que quizás no escogí el mejor adjetivo. La idea que quería transmitir era que se trataba de un restaurante pequeño y barato, y que como sucede en España con los bares más “cutres”, suelen ser los que tienen más personalidad y encanto.
               
CineAsia: En el documental se nota en todo momento un “feeling” especial entre tú y toda la familia que regenta el restaurante: ¿cómo llegaste a ese punto de confianza y amistad?

Xavi: Pues este es un rasgo característico de muchos chinos, la facilidad con la que puedes acceder a ellos. Mi relación con esta familia es parecida a la que tienen muchos extranjeros que viven en China con los dueños de las tiendas de bebidas, tabaco o restaurantes que frecuentan. No es mérito de nadie, en China es tan simple como empezar a hablar, a preguntar, y ya se establece una relación. Además son ellos los primeros que sienten curiosidad por conocer detalles de nuestros países.

CineAsia: ¿Es cierto que en China consideran los fideos como un signo de longevidad? ¿Sabes a qué es debido?

Xavi: Sí, al menos en algunas partes de China. La cultura china está absolutamente ligada a la comida, hay muchísimos ejemplos de comidas que tienen algún simbolismo. En el caso de los fideos no sé exactamente de dónde viene, pero imagino que tiene relación con el hecho de que son largos.

CineAsia: El proceso conocido como “hand-pulled noodles” reflejado perfectamente en el documental, es espectacular, y los cocineros parecen auténticos malabaristas. Los comensales que acuden al restaurante, ¿lo hacen en parte para asistir a este espectáculo o sólo nos parece un proceso mágico a los occidentales?

Xavi: Para los chinos, que lo han visto desde pequeños, no tiene demasiado interés. De hecho el restaurante del documental ya no tiene el aspecto que tenía cuando lo rodé. Hicieron obras unos meses más tarde y actualmente los fideos los hacen en la cocina, de manera que ya no se puede ver todo este proceso.

CineAsia: He podido ver algunas escenas eliminadas del montaje final. ¿Se quedó mucho material en el tintero? ¿Te hubiera gustado rodar un documental con un metraje más largo?

Xavi: La primera versión que hice duraba unos 90 minutos. Después de hacer visionados con distinta gente que me iba dando consejos, fui haciendo versiones cada vez más cortas hasta que llegué a los 30 minutos. Afortunadamente entendí que la clave es el dinamismo, que es mejor dejar al espectador con más ganas que cansarlo con escenas que para el que las rodó tienen mucha carga emocional pero que en realidad no aportan nada sustancial a la historia. Colgar en Internet las escenas eliminadas fue la solución perfecta para poder enseñar estas partes que, pese a que me gustaban mucho, tuve que cortar para que saliera beneficiado el conjunto del documental, el dinamismo, la frescura. Estas escenas, al estar colgadas en el blog, forman también parte del documental. 30 minutos me parece la duración óptima para una pieza como ésta (y me parece que es lo que deberían durar muchos documentales que se alargan sin motivo), en la que te da tiempo de sobras de transmitir lo que quieras.

Por nuestro colaborador Francisco Nieto

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