martes, 3 de mayo de 2011

DA 3: Diario del acreditado novato que aprendió hasta del gato. Día 3


Da gusto pasear por la Gran Vía de les Corts Catalanes un domingo por la tarde sin los tumultos y esquizofrenias que originan los días de diario. La quietud de las calles semidesiertas y la placidez de los rostros de quienes pasean invitan a tomarte las cosas con más calma y menos ajetreo… a no ser que unos metros más allá una marabunta furibunda de jóvenes descerebrados se agolpe a las puertas de los cines Comedia ansiosos por cazar una foto o un autógrafo de Robert Pattinson, que casualmente ha decidido darse una vuelta por Barcelona para presentar Agua para Elefantes, junto a una Reese Whiterspoon que, desde luego, no levantó ni la mitad de pasiones que su partenaire. Este acontecimiento me hizo venir a la memoria uno parecido vivido este año pasado en el Festival de Sitges, cuando un actor muy secundario de la saga vampírica por excelencia desató la locura entre cientos de jóvenes que pataleaban y lloraban al unísono. Y por si fuera poco en el otro lado de la avenida una numerosa manifestación festejando el día de los trabajadores y reivindicando el final de una crisis que nos tiene a todos cogidos por los mismísimos cataplines. 

Menos mal que el cine de autor no levanta tantas pasiones entre los imberbes y los sindicalistas y puedes deambular sin el peligro de ser atropellado por hordas de histéricos fans. El domingo deparó otra sesión de buen cine, algo que ya viene siendo habitual en un certamen que espero se perpetúe por muchos lustros. Essential Killing venía avalada por los premios cosechados en Venecia y las alabanzas recibidas en el pasado Festival de Cannes, sobretodo en cuanto a la interpretación de Vincent Gallo se refiere. Aquí da vida a un combatiente (¿afgano?) quien tras deshacerse de forma violenta de quienes lo hostigan, emprende una presurosa e instintiva huída hacia ningún lugar. Aunque en un momento determinado es atrapado y confinado, vuelve a huir de sus captores tras un accidente en el que queda a la intemperie, todavía esposado, en mitad de un paraje inhóspito, con sus pies descalzos y completamente desorientado, mientras que hombres armados y uniformados, perros y helicópteros no cesan en su empeño de capturarlo. A medio camino entre El Malvado Zaroff (y sus tropecientas secuelas tipo Blanco Humano que jamás le llegaron a la altura) y la más reciente La Carretera nos encontramos ante un film en el que casi no existen los diálogos (el protagonista no abre boca en la hora y media de metraje) ni falta que hace. Es un ejercicio de cine instintivo, donde lo único que importa es la lucha por la supervivencia unida a la propia confusión existencial del individuo. Y Vincent Gallo luce soberbio en su rol tan convincente de alimaña perseguida que habrá de afrontar todo tipo de riesgos para mantenerse con vida, si es que realmente consigue mantenerse… El único pero que habría que ponerle a este estimable film es la intersección de unos molestos flashbacks que no aportan absolutamente nada al relato, pero se trata de peccata minuta en un trabajo en el que las luces ganan por goleada a las sombras. Una obra tan imperfecta como poderosa, virtuosa en el plano visual y auditivo, que vuelve a poner en primera fila a un realizador un tanto olvidado. Esperemos que su avanzada edad no le impida seguir filmando, porque sería una auténtica pena.
    
El segundo plato de la jornada fue presentado por el tristemente de actualidad director del Festival de Sitges, Ángel Sala. Esperamos que el hecho de haber introducido la japonesa Outrage de Takeshi Kitano, no le traiga más quebraderos de cabeza de los que tiene, no vaya a haber algún retrógrado que le acuse de ser responsable de exhibir un film donde hay yakuzas que intentan cortarse un dedo con un cutter. Outrage es Kitano en su esencia más pura. Si el protagonista de Essential Killing no articulaba palabra imaginaos el bueno de Takeshi, al que una mirada profunda y su tic en el ojo le son más que suficientes para levantar el aplauso de sus entregadísimos admiradores, entre los que por supuesto me encuentro. En un “in crescendo” violento más seco que la mojama, el director de joyas como El Verano de Kikujiro o Zatoichi narra la progresiva desestructuración de un clan yakuza, con una espiral de traiciones y conspiraciones que desembocará en un auténtico baño de sangre.  El director no se corta un pelo y nos regala todo un reguero de asesinatos a sangre fría, mutilaciones, harakiris y amontonamiento de cadáveres marca de la casa, todo ello salpimentado con el irreverente y socarrón humor que sigue funcionando como contrapunto ideal en las secuencias más sádicas. Se podría hablar largo y tendido de esta estupenda película por otra parte incomprendida por un sector de la crítica que no sé qué esperan del maestro (quien a estas alturas de su carrera ya no tiene por qué demostrar nada), pero prefiero remitirme a la estupenda crítica publicada en nuestro blog el mes pasado, que suscribo punto por punto y de la que os dejo el link para que la disfrutéis: Outrage

Permitiréis que hoy finalice mi diario felicitando a todas las madres en general y a la mía en particular, porque como dice un proverbio africano: no hay madre como la de uno mismo, y  la mano que meció mi cuna se merece la rúbrica en esta jornada dominical que da sus últimos coletazos.

Bona nit!  

Francisco Nieto
CineAsia

1 comentario:

  1. El domingo no coincidimos, yo me decanté por Blog y la cosa no salió bien. No tenía ni idea de que el Pattinson estaba en bcn, si lo llega a saber mi hermana... fue una de las histéricas que dices tu de Sitges, jeje.

    Saludos!

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