Año: 2010
País: Corea del Sur
Director: Kim Sang-man
Duración: 106 m .
Género: Thriller
Protagonistas: Yoo Ji-tae, Su-Ae, Ma Dong-seok,
Jeong Man-sik and Choi Song-hyeon.
Sinopsis: Sun-young, es una popular locutora de radio que tiene una gran cantidad de seguidores con su programa de medianoche. La exitosa carrera de Sun-Young durante siete años se ha visto paralizada por la enfermedad de su hija, quien necesita una operación en el extranjero. En su última noche en la radio, en su programa de despedida, y mientras prepara una selección de canciones, recibe una llamada de un oyente llamado Dong-Soo, quien le obliga a seguir sus órdenes y no contarle nada a nadie, mientras ésta permanece en antena, ya que la vida de su familia está en juego.
Crítica: Segunda película como director de Kim Sang-man, quien debutó en la gran pantalla con Girl Scout, (film que pasó bastante desapercibido), pero que comenzó en la industria en el diseño de carteles y en la dirección de arte en obras tan importantes como Joint Security Area de Park Chan-wook. En esta ocasión nos ofrece un thriller oscuro amparado en la nocturnidad de la ciudad en la que un taxista desquiciado se dedica a hacerle la vida imposible a una locutora de radio durante el transcurso de su último programa en antena. El angelito irrumpe en casa de la periodista mientras ella se encuentra ausente y arma la marimorena secuestrando y asesinando a quien se le pone por delante. Ella, con la inestimable ayuda de un ferviente admirador y el productor de su programa, deberá de abandonar el estudio e ir en busca del agresor, lo que desencadena un continuo juego de gato y ratón que finalizará con imprevisibles y dramáticas consecuencias.
Nos hallamos ante un ejercicio de estilo que nos remite a films como Misery (Rob Reiner, 1980) y sobretodo a Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976), clásico que sirve como base al psicópata para justificar sus fechorías; él mata sólo a delincuentes y escoria humana, pero su equilibrio se tuerce cuando la protagonista debe abandonar su actual ocupación y viajar a Estados Unidos para curar a su hija enferma. Aunque el film comienza de manera un tanto titubeante, con una presentación atropellada de los personajes y un ritmo más propio de producciones hollywoodienses, paulatinamente se van descubriendo los ases que los guionistas se habían guardado en la manga, lo que se traduce en un frenético “in crescendo” narrativo que gana enteros en el último tercio del film, coincidiendo con las escenas en las que ya se abandona el claustrofóbico domicilio donde transcurre la primera parte de la acción y la intriga se traslada a campo nocturno abierto. Si bien la mayoría de secundarios no están bien matizados, y no pasan de ser simple arquetipos sin oficio ni beneficio, el tour de force entre asaltante y asaltada está muy bien llevado durante toda la función. Los giros de guión son continuos y acertados en la mayoría de ocasiones. Como siempre ocurre en los films coreanos de último cuño, la policía no se entera de la misa la mitad y tendrá que ser la heroína (una estupenda y enérgica Su-Ae) la que al final deba lidiar con el maníaco (Yoo Ji-tae, en un cambio de registro que le aleja de sus papeles de “asian lover”) que le ha tocado en suerte. También sorprende que la violencia empleada a lo largo de la película está un poco por encima de la media en estas producciones, lo que le ha valido la calificación “over 18+” a la hora de su estreno, sólo un escalón por debajo del “restricted rating”, aplicado a films tipo I Saw the Devil (Kim Jee-woon, 2010).
En definitiva, una película entretenida nada pretenciosa con la que pasar un rato asfixiante y distraído a la vez.
Lo mejor: El suspense se mantiene durante todo el metraje.
Lo peor: A los secundarios no se les da ni voz ni voto en el asunto. Una pena, porque se podía haber sacado más jugo a sus respectivos roles.
Francisco Nieto
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